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El general Álvarez, sospechoso del compló para asesinar al presidente hondureño, Suazo Córdova

Fuentes de la capital hondureña, Tegucigalpa, aseguran que el general Gustavo Álvarez Martínez parece haber sido el inspirador de la conspiración que pretendía asesinar al presidente constitucional, Roberto Suazo Córdova.

Álvarez ocupó la jefatura de las Fuerzas Armadas hondureñas hasta el 31 de marzo pasado, cuando fue destituido en lo que muchos consideraron un auténtico golpe de Estado que proporcionó al Gobierno de Suazo el poder real. Esta versión de los hechos no se menciona, sin embargo, en el informe hecho público por el Gobierno norteamericano.El Buró Federal de Investigación norteamericano (FBI) descubrió el compló y evitó que se desvirtuara el único éxito aparente de la Administración Reagan en Centroamérica, el Gobierno democráticamente elegido de Suazo Córdova. La acción de las autoridades estadounidenses se inició gracias a los informes proporcionados por un empresario a quien los conspiradores ofrecieron participar en la operación y culminó con la detención de ocho personas y la confiscación de 760 kilos de cocaína que los frustrados golpistas pretendían vender para financiar su intentona.

El presidente de la Corte Suprema de Justicia de Chile, Rafel Retamal, dictó ayer orden de detención preventiva contra el agregado militar y antiguo jefe del Estado Mayor hondureño, general José Bueso Rosas. La justicia chilena actuó después de que el Ministerio de Relaciones Exteriores enviase las peticiones de extradición cursadas por EE UU y Honduras. EE UU acusó al general de haber participado en tráfico de estupefacientes destinado a financiar la conspiración contra Suazo. La petición de Honduras se basa en su participación en la misma conspiración.

Entre el resto de detenidos se encuentran dos comerciantes hondureños, Faiz Sikaffi y Gerard Latchinian, quienes debían ocuparse de la venta de la droga, lo que hubiera proporcionado los más de 10 millones de dólares (unos 1.660 millones de pesetas) con los que comprar las tanquetas, aviones y demás material hélico que debían usarse en la operación para asesinar a Suazo.

Sikaffi, que actualmente administra una empresa de comercialización de mariscos en Miami (Florida), perdió varios millones de dólares tras la nacionalización de su fábrica de cemento en Honduras. Latchinian es conocido como una de los mayores traficantes de armas de la región, con múltiples intereses comerciales en Honduras.

En la conjura también están implicados políticos disidentes del Partido Liberal, actualmente en el poder, y miembros prominentes de la oposición del Partido Nacional, así como empresarios que habían gozado de los favores del destituido general Álvarez Martínez.

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