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Philipp Jeninger sustituirá a Barzel en la presidencia del Parlamento de la RFA

El ministro de Estado en la Cancillería Federal, el democristiano Philipp Jenniger, de 52 años, ha sido designado unánimemente, ayer, por el Grupo Parlamentario Democristiano (CDU-CSU) como candidato para suceder al dimitido Rainer Barzel en la presidencia del Parlamento Federal (Bundestag). El jefe del Gobierno, Helmut KohI, tardó poco en escoger al sucesor de Barzel, y ayer mismo había decidido renunciar a los servicios de su ministro de Estado para presentarlo como presidente del Bundestag.

Barzel dimitió el pasado jueves a causa de las revelaciones que le señalaban como perceptor, a través de un bufete privado de abogados, de 95 millones de pesetas del consorcio Flick, que en los años setenta gastó miles de millones de pesetas en sobornos y donativos.Tras la dimisión de Barzel, la crisis derivada del caso Flick continúa abierta. La comisión investigadora interrogó ayer, durante algo más de dos horas, al presidente socialdemócrata Willy Brandt (SPD), que también aparece en las famosas listas de Diehl, el contable del consorcio Flick como presunto receptor en tres ocasiones de donaivos "a causa de Brandt" por un total de 190.000 marcos (10,6 millones de pesetas al cambio actual).

Brandt, que ya declaró ante la fiscalía de Bonn por este motivo, negó que hubiese recibicl o el más mínimo dinero de Flick, y afirmó que no era asunto suyo ocuparse en el partido de la recaudación de fondos. De esto, se ocupaba el tesorero Alfred Nau, ya fallecido, que se llevó a la tumba buena parte de los secretos sobre los pagos de Flick al Partido Social Demócrata (SPD) y a su fundación Friedrich Ebert.

Una persona marcada

Brandt explicó que Nau era una persona marcada por el trabajo clandestino en tierripios del nazismo, y contó que en una ocasión se negaba a imprimir en una lista los nombres de los afiliados, por lo que el presidente socialdemócrata le dijo: "Alfred, ya no estamos en los tiempos de las leyes antisocialistas de Bismarck", cuando la socialdemocracia estaba prohibida. Con esta anécdota, Brandt quiso dejar claro, que el dinero era cosa del misterioso Nau. También intentó explicar Willy Brandt el posible significado de la expresión "a causa de", que en las listas de Dieh aparece con la abreviatura en alemán Wg, que ha llevado a la ruinaya a varias carreras políticas en. la República Federal de Alemania.

Según Brandt, "a causa de" puede significar tanto "en favor de" como "contra", y expuso el caso de los 40.000 marcos que aparecen "a causa de Eppler" en las listas del consorcio.

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El presidente socialdemócrata dijo ante la comisión parlamentaria que ese "a causa deEppler" era dinero que salió de los fondos de Flick para entregar a periodistas encargados de combatir políticamente a Eppler, uno de los políticos del ala izquierda socialdemócrata.

Tras la dimisión de Rainer Barzel como presidente del Bundestag, la atención se concentra en el canciller de la RFA, el democristiano Helmut KohI, que ante las cámaras de televisión calificó todo el escándalo de "campaña con una gran meta: difamar a la actual coalición de gobierno".

Kohl se considera el objetivo número uno de esa campaña, y dio a entender que acepta el desarlo. En sus declaraciones ante la televisión, el jefe del Gobierno incurrió en lo que el secretario general del SPD calificó de desfachatez, y el diputado verde Otto Schily, de monstruosidad.

El canciller dijo que el Partido Social Demócrata percibió dinero en concepto de reparaciones por los daños sufridos bajo el nazismo, y los nuevos partidos nacidos con la nueva República -CDU, CSU y FDP- no recibieron nada. Las palabras de Helmut Kohl -al comparar las reparaciones por los daños del nazismo en los donativos del consorcio Flick- indignaron a la oposición.

Kohl tiene que comparecer el próximo 7 de noviembre ante la comisión parlamentaria que investiga el caso. Tras la dimisión de Rainer Barzel que dan muchos puntos oscuros, porque todavía no está claro por qué servicios Flick pagó al ex presidente del Bundestag tan astronómica cantidad, cuando el fracasado aspirante a canciller no era más que un cadáver político.

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