El Rey destaca el papel de la cultura para lograr la paz y el progreso

El rey Juan Carlos destacó ayer el papel que la ciencia y la cultura juegan en el logro del progreso y de la paz, durante el acto de la entrega de los premios Príncipe de Asturias 1984, celebrado ayer. en el teatro Campoamor, de Oviedo. El Rey entregó los galardones a los premiados, en una jornada en la que la palabra paz estuvo en la boca de todos los que intervinieron en el acto. Esos deseos de paz fueron personalizados en el Grupo de Contadora, cuyos representantes recibieron una larguísima ovación por parte del público que llenaba el teatro.El primer premio entregado por el Rey fue el de Comunicación y Humanidades, concedido al historiador Claudio Sánchez Albornoz, fallecido el pasado 8 de julio. El jurado distinguió "toda una vida dedicada a España y su íntegro humanismo". Su hija María Luz fue la encargada de recoger la escultura de Miró con que la fundación Principado de Asturias reconoce la labor de los premiados. María Luz Sánchez Albornoz recibió una larga y emocionada ovación con la que los asistentes recordaron al historiador.

El siguiente premio fue el de Investigación Científica, concedido a Antonio García Bellido. En él se premia su "relevante contribución a la comprensión de los mecanismos moleculares reguladores de la forma y tamaño de los seres vivos". El galardón dedicado a, las Artes fue recogido por Antón Ayestarán, en representación del Orfeón Donostiarra. De esta formación musical, el jurado subrayó su calidad interpretativa, así como la continuidad de su desinteresado trabajo artístico. El poeta Pablo García Baena recogió el premio correapondiente a las Letras, "por su perseverancia en el cultivo de una actitud estética independiente y por su influencia en las nuevas corrientes de la poesía española.

El profesor Eduardo García de Enterría, recibió de manos del Rey el premio de Ciencias Sociales "por su constante labor investigadora y docente". Los últimos en subir al estrado fueron los cancilleres de Panamá, Colombia, México y Venezuela, en representación del Grupo de Contadora, al que se le concedió el premio de Cooperación Iberoamericana, "por su labor de paz en Centroamérica". La recogida de los premios que hicieron cada uno de los representantes de Asuntos Exteriores de estos países fue seguida de fuertes aplausos por parte del público, puesto en pie.

La importancia de la vinculación que la ciencia y la cultura tienen para el desarrollo del bienestar social y el logro de,la paz, de la que más tarde hablaría el Rey en la clausura del acto, fue también el tema central con el que el profesor Francisco Grande Covián habló en nombre de los diferentes jurados.

Francisco Grande Covián empezó advirtiendo a los asistentes de que existe una reacción contra la ciencia cuando se intenta responsabilizar a ésta de todos los males que aquejan a la humanidad: peligros nucleares, carreras de armamento, etcétera. "Es una actitud acientífica propia de una sociedad de consumo, en la que se quiere hacer creer que el desarrollo,tecnológico de la ciencia tiene que ser forzosamente malo. Pero ésto es sólo aquí", prosiguió el profesor, "cuando ese desarrollo se hace de forma que favorezca solamente a unos pocos".

El director de la fundación Principado de Asturias, Graciano García, utilizó su intervención para anunciar una nueva iniciativa en favor de la difusión de la ciencia y de la unidad de. los pueblos iberoamericanos: la creación de la Universidad Iberoamericana Príncipe de Asturias, destinada a impulsar la formación científica.