Cela figura entre los posibles candidatos al Nobel que hoy se otorga en Estocolmo
La Academia de Letras de Suecia anunciará hoy, a las 13 horas en punto, el nombre del Premio Nobel de Literatura correspondiente a 1984. El secretario permanente, a su vez escritor y miembro de la Academia, Lars Gyllensten, será, como viene ocurriendo desde algunos años, el encargado de anunciar el nombre y los fundamentos de la decisión de la Academia. Entre los posibles candidatos figuran el español Camilo José Cela, la francesa Margueritte Yourcenar y la británica Doris Lessing.
Como cada año, es el de literatura el premio que despierta mayor expectación y en el que cada sector se siente en alguna medida en condiciones de opinar, algo que no ocurre, por razones incomprensibles, con los premios de física o química. Aunque ello pueda suponer una injusticia, el trabajo silencioso y casi anónimo de la investigación científica no tiene la capacidad de suscitar los sentimientos intensos y colectivos que despierta la creación literaria, lo que algunos consideran un signo positivo en estos tiempos de culto avasallante a la técnica.El estricto secreto que guardan los miembros de la Academia en cuanto a la entidad del escritor laureado sólo deja margen para las especulaciones. A veces fundadas en datos objetivos, aunque no necesariamente determinantes. Así, por ejemplo, la visita que realiza en estos días a Suecia el norteamericano Norman Mailer, invitado por su editor sueco, Rolf Jansson, ha sido interpretada en los círculos culturales y periodísticos como un indicio de que el autor de Los desnudos y los muertos, que en otras ocasiones ha figurado entre los candidatos, podría ser esta vez el destinatario del premio. El escritor, sin embargo, ha rechazado toda vinculación entre su visita a Höganäs, una pequeña ciudad del sur de Suecia, donde se va a imprimir su último libro, y la fecha de adjudicación del Nobel. Se trata de "una fatal coincidencia, que da pie para que la gente piense que he venido a buscar el dinero del premio, y será peor el jueves, cuando yo ya esté en Londres y el premio no me haya sido adjudicado".
A falta de datos seguros, y especulaciones aparte, el otro ejercicio que habitualmente precede a la adjudicación del premio es el de acudir a las estadísticas para deducir de ellas conclusiones y posibilidades. Es entonces cuando se pone en evidencia el hecho de que ningún negro haya recibido nunca el premio o que desde 1977, año en que el poeta español Vicente Alexandre fuera galardonado, ningún otro poeta ha vuelto a serlo. Ahora un español figura en la lista de probables: Camilo José Cela.
También las mujeres aparecen en una proporción sustancialmente menor que los hombres; sobre un total de 81 premiados, apenas lo han sido media docena de mujeres. La última vez que ello ocurriófue en 1966, cuando la escritora sueco-alemana Nely Sachs lo compartió con Samuel Yosef Agnon, de Israel.
Historia de un premio
El Premio Nobel de Literatura se adjudicó por primera vez en 1901, y correspondió al francés René François Armand Prudhomme, más conocido como Sully Prudhomme. Desde entonces, las únicas alteraciones en el cumplimiento de un calendario de rutina se produjeron en los años de las dos guerras mundiales, en que el premio no se adjudicó o se hizo un año después.
Mas allá de la cantidad de dinero, regulado periódicamente con criterio estrictamente financiero por la Fundación Nobel, y de otros beneficios de orden material que la adjudicación del premio proporciona, así como honores de otro orden, lo cierto es que las críticas que desde siempre se han hecho parecen haber arreciado en los últimos años.
La crítica más frecuente que se formula es la ausencia de algunas grandes figuras de la literatura universal, entre las que cabe citar al propio sueco August Strindberg, que, por razones desconocidas, pero en todo caso ajenas a los valores estrictamente literarios, no han recibido el Nobel. Por el contrario, un repaso a la lista de premiados permitirá encontrar nombres cuya inclusión ha causado sorpresa. A veces, esa sorpresa ha sido compartida incluso por algún miembro de la Academia, como, según parece, ocurrió el año pasado con la elección del británico William Golding.
Las críticas provienen no solamente de Suecia, sino, con más frecuencia, desde el exterior. En estos días, la Prensa sueca se ha hecho eco, aunque un tanto apagado, de críticas aparecidas casi simultáneamente en Nueva York, Londres y la República Federal de Alemania. Esas críticas, que en algunos casos, según sus autores, están fundadas en conversaciones mantenidas con miembros de la Academia sueca, se refieren tanto a los criterios de valoración empleados como a la presencia de factores extraliterarios.
Babelia
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