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Economía, religión y aborto, grandes temas del encuentro directo y televisado entre Ronald Reagan y Walter Mondale

El déficit del presupuesto público, la posible creación de nuevos impuestos, la polémica sobre el aborto y la influencia de la religión en la campaña electoral dominaron el primer debate televisado entre el presidente republicano Ronald Reagan y el aspirante demócrata a la presidencia, Walter Mondale. Unos 70 millones de telespectadores siguieron los 90 minutos de discusión, que, según los primeros sondeos, ganó Mondale, aunque Reagan continúa contando con un margen de 15 a 20 puntos de ventaja de cara a la elección presidencial del próximo 6 de noviembre.

De acuerdo con una primera encuesta realizada entre 375 personas por el semanario Newsweek, Mondale fue el ganador del debate para el 54% de los telespectadores, frente al 35% que consideró mejor a Reagan. En otro sondeo, de la cadena de televisión ABC, el resultado era prácticamente de empate: 39% a favor de Mondale y 38% a favor de Reagan. Ambos sondeos son de primera hora, y no impiden, por tanto, que cada bando se considere el vencedor del duelo verbal.Mondale, de 56 años, consiguió imponerse y llevar la iniciativa a la hora de acosar a Reagan por la hipoteca que para el futuro de la economía norteamericana supone un déficit público superior a los 200.000 millones de dólares (unos 34 billones de pesetas). También acusó Mondale a Reagan de tener planes secretos para aumentar los impuestos.

Reagan, de 73 años, alegó en su favor, un tanto a la defensiva, que los datos ofrecen pruebas de la evidente recuperación económica estadounidense, y sostuvo que "la continuidad del crecimiento económico absorberá el déficit público". Además acusó a su rival de no tener "un plan para reducir el déficit, sino para aumentar los impuestos".

El aspirante demócrata intentó presentarse como un líder que puede ofrecer una alternativa al liderazgo ejercido actualmente por Reagan desde la Casa Blanca. Evocó en varias ocasiones la figura del presidente demócrata John Kennedy (que ganó el debate televisado a Richard Nixon en 1960), y señaló, con pragmatismo, las incongruencias de la Administración Reagan.

Mondale recordó que Reagan había prometido, en el debate con el presidente James Carter, en octubre de 1980, que "nunca reduciría los beneficios de la ayuda médica, y los cortó un 20% a su llegada a la presidencia". Reagan replicó con evasivas y justificó los recortes sociales con la necesidad de "salvar el futuro de la Seguridad Social, que marchaba hacia la bancarrota".

Mondale, que fue vicepresidente de EE UU con Carter, reforzó sus credenciales de líder liberal al reafirmarse como un defensor de la tradición de una separación de la Iglesia y el Estado, en contra de las manifestaciones de Reagan. El candidato demócrata atacó el programa ultraconservador aprobado por los republicanos en su convención nacional, en el que se pide que el presidente sólo nombre jueces opuestos al aborto para ocupar plaza en el Tribunal Supremo. Reagan replicó que el derecho a la vida es un derecho constitucional, por encima de consideraciones religiosas. "Mientras no se desmuestre científicamente que un no nacido", dijo Reagan, "no es un ser humano, el aborto es un asesinato". Mondale replicó que "corresponde a cada uno contestar a cuestiones morales fundamentales" y que era inconcebible que el Estado pretendiera resolver el problema.

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Mondale, que formaría equipo con Geraldine Ferraro como vicepresidenta si gana en las elecciones de noviembre, criticó también a Reagan por el último atentado en el anexo de la Embajada de Estados Unidos en Beirut. Sin embargo, los temas de política exterior quedarán para un segundo de bate, a celebrar en la ciudad de Kansas City el próximo día 21.

Apretón de manos y aplausos

El debate, con más características de conferencia de prensa que de enfrentamiento real entre dos candidatos, fue moderado por la periodista Bárbara Walters, de la cadena de televisión ABC, y las preguntas fueron planteadas por otros tres periodistas, una mujer y dos hombres. Como ocurrió hace cuatro años, el desafío verbal fue organizado por la Liga de Mujeres Electoras, y tuvo como escenario el Centro de Artes de la ciudad de Louisville (Kentucky). Al final, un aplauso unánime del público asistente acogió el apretón de manos con que Ronald Reagan y Walter Mondale cerraron su encuentro.

La impresión entre expertos independientes en comunicación reunidos por la agencia Associated Press era que la victoria de Mondale fue nítida sobre Reagan, opinión que también mantuvieron los comentaristas de las tres cadenas de televisión que retransmitieron el debate, (ABC, NBC y CBS). Para éstos, Reagan estuvo tenso y dubitativo durante la última media hora. El presidente parecía "fátigado y desorientado hacia el final", dijo el analista de la NBC.

En los cuarteles generales republicano y demócrata se manifestaba satisfacción por el desarrollo del debate. Los republicanos reconocieron que Mondale "ha hecho un buen trabajo" y "se ha desenvuelto bien", aunque "el presidente ha estado mejor", mientras los demócratas estaban eufóricos y hubo quien dijo: "Ha sido fantástico, Mondale le ha acogotado completamente. Tenemos un nuevo gran comunicador", calificativo hasta ahora aplicado al presidente por su saber estar ante las cámaras y los micrófonos.

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