La postura agrícola de Francia dificulta la negociación para el ingreso español en la CEE
La lista de exigencias francesas tanto a Madrid como a los nueve, de cara al ingreso de España en la CEE, se ha hecho excesivamente larga, en opinion de fuentes comunitarias representativas, lo que dificulta sobremanera las negociaciones. De hecho, en la reunión el jueves del Comité de Representantes Permanentes (Coreper) de la CEE hubo un enfrentamiento entre los embajadores británico y francés en este sentido.
Francia quiere tratar a las frutas y hortalizas españolas como un bloque -con limitaciones a las exportaciones españolas "muy estrictas" durante 10 años-, sin diferenciar entre las que son auténticamente sensibles para la CEE y las que -como los agrios- no lo son.Los países nórdicos, entre ellos el Reino Unido, protestan porque, dado el equilibrio que ha de imperar en esta negociación, si la oferta comunitaria es tal, España podría exigir compensaciones proporcionales en materia de productos continentales, en los que los españoles son menos competitivos, pero que, como los lácteos, son excedentarios en la Comunidad y en general se producen justamente en estos países nórdicos. De ahí la polémica entre los dos embajadores, repetición de una anterior que impidió que la CEE presentara a España en Luxemburgo una declaración agrícola.
Los agrios sólo serían un problema para Italia. Y este problema, según la idea española, podría ser negociado bilateralmente de sector privado a sector privado entre italianos y españoles, comprometiéndose éstos a no entrar en el mercado italiano. Pero Francia teme que el hacer una excepción, antes del ingreso, con un tipo de frutas y hortalizas abriría la vía para otras excepciones en el sector, que por motivos político-electorales hay que mantener amordazado en bloque.
Ya ha avisado de la necesidad de que entren en vigor en el Mediodía francés los llamados programas mediterráneos integrados de ayudas de la CEE para paliar los efectos del ingreso español, Sin embargo, "las presiones de otros países están empezando a hacerse sentir, y Francia podría cambiar de actitud", según fuentes fidedignas.
Londres protesta asimismo por la negativa francesa a acelerar la reducción de los más altos aranceles españoles, que se aplican especialmente a los automóviles, dada la presencia de Renault o Citroën en España. En este punto, sin embargo, los intereses franceses coinciden con los españoles.
Francia exige también una reforma de la reglamentación vitivinícola en toda la CEE antes de concluir las negociaciones de adhesión con España. Italia, aunque aislada, se opone al sistema de techos de producción que propugna París.
Propuesta sobre pesca
En cuanto a la pesca, París .parece haber ganado la batalla de rechazo a las propuestas de la Comisión para una generalización del sistema de licencias en toda la CEE. Hoy volverán a reunirse los responsables de la pesca de los diez para sentenciar definitivamente estas propuestas, que sólo apoyan Irlanda y el Reino Unido.
Entre tanto, el Grupo España de técnicos de los diez que preparan las sesiones de negociación han comenzado ya a trabajar en una declaración de pesca sobre otras bases: régimen de licencias sólo para Espana en aguas comunitarias durante 10 años, plazo fijo al cabo del cual la pesca española quedaría en un. régimen no discriminatorio, con la posibilidad de conceder un cupo de pesca a España mayor que el actual.
La minicumbre hispano-francesa que se abrirá el 19 de octubre en Barcelona puede limar algunas de estas asperezas, especialmente a través de discusiones sobre compensaciones bilaterales. Francia está muy interesada, según fuentes españolas, en participar en el plan de modernización del tendido de ferrocarril en España. Y hay unos proyectos de ventas de armas en curso.
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