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Francia afianza su influencia en el Magreb

Las grandes maniobras en el Magreb que debía provocar el tratado de unión libio-marroquí ya han comenzado. El acuerdo franco-libio de retirada simultánea de tropas de Chad, concluido por Francia y Libia a espaldas de sus respectivos aliados, sugiere algo que puede ser obvio en los próximos meses: Francia se afianza como la gran potencia con influencia en la región.Con la llegada de los socialistas al poder en París en mayo de 1981 vino un período de frialdad en las relaciones entre París y Rabat que se tradujo en un reforzamiento de la alianza con Estados Unidos. El tratado de unión libio-marroquí y la mediación de Hassan II en el acuerdo francolibio sobre Chad parecen esbozar una recuperación de Francia en Marruecos, iniciada este año con un acuerdo de cooperación financiera y económica.

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Como contrapartida, se habla ya de "desencanto de Marruecos con Estados Unidos" por una cooperación económica que no ha podido cuajar.

Marruecos y la URSS firmaron el lunes pasado dos protocolos de cooperación económica que prevén que los intercambios comerciales superen los 2.000 millones de dólares en los próximos cinco años.

Ahora, EE UU intentará equilibrar sus relaciones entre Marruecos y Argelia, estas últimas un tanto abandonadas en beneficio marroquí. La misión militar presidida por el general Kenneth D. Burns, vicesecretario para la Defensa, que visitó la semana pasada Argel, fue seguida con atención en Rabat. La Prensa marroquí destacó que EE UU ya ha vendido a Argelia 10 Hércules C-130 de transporte y que el Congreso norteamericano parece dispuesto a suprimir el embargo militar a Argelia.

Francia, sin embargo, tuvo buen cuidado de consolidar su posición en Argelia. Mitterrand viajó a Argel nada más asumir el poder. Luego, en noviembre de 1983, el presidente Chadli Benyedid se convirtió en el primer presidente argelino que visitaba Francia después de la guerra de Argelia, viaje que fue seguido de importantísimos contratos calificados de negocio del siglo.

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El enfrentamiento de Francia con Libia sobre Chad durante los tres últimos años hizo retroceder a las empresas francesas en el mercado libio. Ahora, aunque la paz franco-libia no significa la paz en Chad, los hombres de negocios franceses esperan recuperar el lugar privilegiado que disfrutaban.

Las mayores compras de petróleo libio por Francia, en detrimento de las compras de petróleo argelino, ya han irritado a Argel. Mitterrand se esforzará el día 19 en Argel en disipar esa irritación y el malentendido surgido tras su visita privada a Marruecos en vísperas de la ratificación del tratado de unión libiomarroquí.

Mientras tanto, y desde ayer, Hissène Habré, presidente de un país dividido, amputado, arruinado y amenazado por una nueva hambruna, se esforzará por obtener garantías de que las tropas libias no regresarán cuando se marchen las francesas, de que la ocupación libia de la franja de Auzu no será permanente y de que Francia no dejará de ayudar económicamente a Chad.

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