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La literatura no pretende suprimir las contradicciones, sino revelarlas, afirma en Francfort el escritor Octavio Paz

El escritor no es un especialista para ofrecer soluciones ni simplificar los problemas, sino que la literatura tiene que presentar lo subterráneo, lo que pasa por debajo de la realidad, "nos muestra la realidad en su irregularidad, nos revela las contradicciones y oposiciones de cada ser humano consigo mismo y con el mundo que le rodea", declaró ayer en Francfort el escritor mexicano Octavio Paz, que mañana, domingo, será galardonado con el Premio de la Paz de los libreros alemanes.

Sus reflexiones sobre la literatura y la función del escritor las pronunció Paz al final de la conferencia de prensa, como si se le hubiese quedado algo dentro, con ganas de exponer su definición de literatura tras más de una hora de responder a preguntas sobre la política cotidiana, desde el Grupo de Contadora a la teología de la liberación o la situación de México. Después del sacerdote, político y escritor nicaragüense Ernesto Cardenal, Octavio Paz es el segundo autor en lengua española que recibe el Premio de la Paz de los libreros de la República Federal de Alemania. Surgió en la conferencia de prensa inevitablemente la comparación con Cardenal, a quien uno de los periodistas definió como luchador. Paz respondió que el papel del escritor no es luchar con las armas en la mano, y añadió que "luchar por la paz es un término contradictorio y equívoco. Yo no creo que el señor Cardenal haya tomado nunca las armas, no es general, ni coronel, ni guerrillero. Es un sacerdote que actúa en política".

En otro momento de la conferencia de prensa se le preguntó a Paz si se siente solidario con su congalardonado Cardenal en el conflicto que le enfrenta con el Vaticano. El escritor mexicano respondió que "no tengo ni autoridad ni datos para tocar el tema. Creo que se trata del conflicto entre un sacerdote rebelde y su jefe. Yo no creo ni en el sacerdote rebelde ni en su jefe".

Con la misma ironía respondió Paz a una pregunta sobre la teología de la liberación, que "me deja perplejo, porque está muy lejos de mis intereses intelectuales. Cuando yo era joven siempre pensaba que había que liberarse de la teología, y ahora hablan de una teología de la liberación". El problema de Nicaragua y América Central lo ve Paz ligado a "viejos problemas históricos" que hay que despojar de simplificaciones ideológicas, "no hay respuestas instantáneas para problemas seculares, ni respuestas simples para problemas complejos".

El escritor se inclina por la solución propuesta por el Grupo de Contadora, basada en la no intervención exterior de Estados Unidos, Cuba y la Unión Soviética. Además, los Gobiernos de la zona deberán, según Paz, intentar una política pluralista y democrática, y lamentó la falta de unión y división de América Central en países demasiado pequeños para afrontar unos problemas demasiado grandes.

Pacifismo y democracia

El tema del pacifismo ocupó una parte de la conferencia de prensa. Paz relacionó pacifismo y democracia. "El deseo de paz es universal, pero mientras no haya manifestaciones pacifistas en Moscú y en La Habana no podrá hablarse de universalidad". Añadió Paz el problema de la defensa de los derechos humanos, la defensa de los oponentes y disidentes en América Latina y otros países del mundo, pero también los de los países llamados indebidamente socialistas". Como moderados más destacados de la lucha pacifista, Paz destacó a Gandhi y Martin Luther King, lo que le sirvió de base para argumentar que los movimientos pacifistas se desarrollan en países democráticos porque "incluso en la imperfecta democracia india, el imperialismo inglés toleró a Gandhi". Ante la cuestión de la sustitución del marxismo, Paz dijo que quizá sea una fortuna la ausencia de ideologías globales que le sustituyan. "Tenemos que resignarnos ahora con soluciones de orden relativo, pragmático, no utópico, de acomodo con la realidad", y citó a Nietzsche, "que decía que la realidad es más rica que las imprecaciones del pensador. El pensamiento utópico es siempre geométrico y deja un gran fragmento de la realidad fuera. En cambio, la realidad es irregular y nos obliga a aceptarla en su irregularidad". Luego citó como ejemplos de ruptura de esa regularidad, que además son aportaciones positivas para la paz, los casos de Yugoslavia, al romper el orden impuesto por la Unión Soviética, y ahora la Repúblida Popular China, al aceptar la existencia de Hong Kong.

Según Paz, no se puede caracterizar la época actual como de "fin de las ideologías", porque parece que los hombres necesitan "soluciones totales". El escritor se pronuncia a favor de una solución crítica y destaca la aportación importante de Marx cuando hablaba del "poder de la negatividad. Esto puede que nos dé en el futuro soluciones nuevas cuando han fallado las tradicionales. Esto nos puede curar de ilusiones, dar sobriedad intelectual y valor para enfrentarnos a la realidad".

Sobre su país, México, Paz señaló la complejidad de la situación social y reconoció la existencia de desigualdades.

El escritor mexicano pronunciará su discurso en español en la Pauluskirche de Francfort, al recoger el domingo el Premio de la Paz, que considera como una manifestación del "diálogo de culturas y civilizaciones" que se encuentra en su obra: diálogo con España y de un hispanoamericano con Europa, con la cultura india oriental y finalmente con el propio pasado indio de México. "Hay que realizar un trabajo subterráneo y escondido, de zapa, para que salga a relucir lo escondido y contradictorio".

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