La autocrítica austriaca de Thomas Bernhard
ENVIADO ESPECIAL,El escritor austriaco Thomas Bernhard, a quien por decisión judicial le ha sido secuestrado y prohibida en Austria la venta de su último libro, Holzfaellen (Tala de leña), lanzó en la Feria del Libro de Francfort una furiosa diatriba contra "ese país caótico y demoniaco", y "gobernado por una ideología pequeñoburguesa, católica y nacional socialista". La conferencia de prensa se celebró a las 9.30 horas, hora intempestiva tras las noches de la Feria del Libro de Francfort, pero Bernhard llenó la sala, porque el autor austríaco se ha convertido en el centro de la polémica y el escándalo debido a la prohibición y secuestro de su libro por una juez de Viena, que luego se marchó de vacaciones a China.
Holzfaellen se presenta como un monólogo, producto de su excitación. Bernhard arrasa con el mundo intelectual y artístico de Viena. Un ejemplar de la novela enviado para recesión por la editorial Suhrkamo puso en marcha la maquinaria de la justicia. El compositor Gerhard Lampersberg creyó reconocerse en el personaje de Auersberger, que aparece en la novela de Bernhard, y presentó una querella criminal por injurias. La editorial de Berrihard, que tiene su sede en Francfórt (República Federal de Alemania), había enviado ya los ejemplares de Holzfaellen a la distribuidora en Viena, donde el pasado 29 de agosto fueron secuestrados en poco más de cuatro horas. Bernhard explicó en Francfórt cómo pudo ver en Viena "que los libros desaparecían de las librerías y entraba la policía".
El representante de la editorial, Siegfried Unseld, denunció en conferencia de prensa en Francfórt que hasta la fecha no les ha sido presentado un escrito de acusación, y que de las 18 citas incriminadas por la justicia "ni una sola ha sido reproducida correctamente y dos se refieren a otro personaje que no es Auersberger".
A la hora de presentar reclamaciones por el secuestro de la novela, la justicia austriaca respondió que la juez había salido para China en viaje de vacaciones y ella es la única competente para el caso.
El autor Bernhard anunció que no aceptará que el Burgtheater represente ninguna de sus obras, porque se trata de un teatro estatal y no considera aceptable que "un señor mate a uno de mis hijos y el otro hijo le de las gracias". Al referirse al Burgtheater, una de las instituciones culturales de más prestigio en Austria, Berrihard dijo que se trata de un gran edificio que tiene una buena infraestructura, pero los buenos actores se cuentan con los dedos de una mano y hay una plantilla dé 150".
Tras la conferencia de prensa, en la que Bernhard estuvo más comedido y en segundo plano, al lado del editor y del abogado encargado del caso, el novelista mantuvo un diálogo improvisado con tres periodistas, en el que lanzó una diatriba contra el orden reinante en Austria. Negó Bernhard que tratase de herir al compositor que se querelló contra él: ¿Por qué lo iba a hacer, después de 25 años? Naturalmente que si alguien se reconoce en la novela no se puede, hacer nada".
Bernhard se rebela contra la etiqueta o el estereotipo vigente sobre Austria como país liberal al lado de la RFA. "Es un gran error. Tenemos la etiqueta de amables, liberales y encantadores, pero en el fondo es un país caótico y demoniaco. Sería bueno que los tribunales en La Haya, Luxemburgo y Estrasburgo se ocupasen de esos pequeños Estados en Europa. También de Suiza, porque la situación es parecida a Nica ragua o El Salvador. Esto no es exagerado. La gente se ocupa de pueblos lejanos, pero deja de mirar los propios, porque la visión es horrible y prefiere no verse". Á la pregunta de este periódico de si también él forma parte de la componente demoniaca austríaca, Bernhard respondió: "Todos somos parte de lo demoniaco, naturalmente".
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