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Visiones apocalípticas sobre el futuro del libro en Francfort

ENVIADO ESPECIAL Influidos por el ambiente orwelliano, lema de la Feria del Libro de Francfort de este año, algunos autores y críticos presentan en debates una visión apocalíptica para el libro en una sociedad dominada por los medios audiovisuales. La atmósfera no puede ser más orwelliana, contra la fría arquitectura de cemento y cristal, con tubos gigantescos que van de unos pabellones a otros, carteles con citas de la novela 1984, con la advertencia de que "el hermano mayor está vigilando".

De momento, el libro parece disfrutar todavía de buena salud, a la vista de los miles y miles de ejemplares que marean al visitante que pretenda Revar una impresión general sobre la producción editorial del mundo. Esta presencia apabullante de libros impresos no impide que la autora alemana Angelika Mechtel pinte en el coloquio sobre Nuevos medios, vieja cultura la visión de un mundo donde los best-sellers se consumirán en forma de chips electrónicos, y donde el escritor frente a su máquina de escribir ha quedado reducido a una pieza de museo de arqueología. "Ustedes podrán contarles a sus nietos cómo eran los libros", lanza la escritora sobre un auditorio amodorrado.

La televisión aparece en estos coloquios como el monstruo que devorará la cultura escrita en un futuro de cables y satélites, lo que ha llegado incluso a crear en alemán el concepto del "hombre cableado", un ser sometido por completo a la tiranía del cable y la televisión total.

Un artista plástico suizo, Hans Knecht, ha montado su obra entre dos pabellones, y cada dos horas su kultigator, una especie de monstruo-pájaro metálico, consume un aparato de televisión en sus entrañas. El kultigator, según el artista, es el único ser capaz de digerir la televisión. A la vista del público, Knecht introduce un televisor en la panza del kultigator y advierte a la gente que "se retire por lo menos tres metros". Una prensa hidráulica empieza a funcionar y destroza al televisor, que explota hecho añicos. El público se queda un rato perplejo y luego aplaude, mientras que los más decididos se acercan a recoger los restos del aparato. Estos tonos pesimistas sobre el futuro del libro no parecen desanimar a los organizadores de la Semana del Libro Alemán en Madrid, que tendrá lugar del 4 al 9 de junio del próximo año. Bajo el lema Vamos a Madrid, se presentó ayer en un hotel de Francfort el proyecto, que comprenderá una amplia exhibición de la cultura de la RFA con cine, libros, exposiciones y coloquios. El director de la feria de Francfort, Peter Weidhaas, expuso ayer el plan. En nombre de la Federación de Gremios de Editores, su presidente, Francisco Pérez, agradeció que Madrid tenga, después de Nueva York, el honor de recibir la Semana del Libro Alemán.

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