El arquitecto Dionisio Hernández Gil nuevo director general de Bellas Artes

El arquitecto Dionisio Hernández Gil, de 50 años, experto en restauraciones de edificios, ha sido nombrado director general de Bellas Artes por el Consejo de Ministros de ayer, en sustitución de Manuel Fernández Miranda que dimitió el pasado día 19, tras una larga crisis. En la actualidad desempeñaba el cargo de subdirector general de Restauración de Monumentos, vocal del consejo de administación del Patrimonio Nacional y miembro de la comisión de cultura del PSOE.

El Consejo de Ministros de ayer nombró a Dionisio Hernández Gil (Cáceres, 1934) director general de Bellas Artes, del Ministerio de Cultura, en sustitución de Manuel Fernández Miranda, quien tras su cese estimó que el Gobierno no tiene sensibilidad ante las bellas artes.Es la tercera persona que ostenta este cargo que ha sido subdirector general con Javier Tusell como director general del departamento, ya que Manuel Fernández Miranda fue subdirector general de Arqueología en 1979; Alfredo Pérez Sánchez, subdirector general del patrimonio en 1980, y Dionisio Hernández Gil subdirector general de Restauración de Monumentos en 1981; en 1978 era inspector técnico de conjuntos históricos del Patrimonio y al año siguiente jefe de servicios de Restauración de Monumentos, que en 1980 se convirtió en subdirección general.

Dionisio Hemández Gil es arquitecto desde 1962 y al año siguiente consigue el número uno en las oposiciones para el Premio Roma de la Academia Española de Bellas Artes. Entre 1964 y 1967 realiza trabajos de restauración y traslado de varios monumentos nacionales en Extremadura, motivados por la construcción de la presa de Alcántara. Tales trabajos afectan, fundamentalmente, a la reintegración y desplazamiento de los templos romanos de Talavera la Vieja, puente romano de Alconetar y convento de San Benito de Alcántara.

En 1968 y 1969 trabaja en proyectos de arquitectura para Astilleros de Colombia en Cartagena de Indias. En 1970 reside en Nueva York, contratado por la firma norteamericana Gibb and Hill, para la que realiza diversos estudios de proyección de obra civiles en dististas centrales térmicas.

En 1971 ingresa en el Cuerpo de Arquitectos del Ministerio de la Vivienda (hoy de Obras Públicas y Urbanismo). Entre 1973 y 1977, realiza obras de rehabilitación en edificios históricos destinados a sede de la facultad de Derecho y rectorado de la Universidad de Extremadura. En esos años restaura también la catedral de Coria y las iglesias de Santa María y San Martín de Trujillo.

De 1978 a 1980 desempeña la jefatura de la inspección técnica de monumentos y conjuntos histórico-artísticos, y es nombrado en 1981 subdirector general de Restauración de Monumentos. Restauraciones suyas son la plaza Valverde de la Vera y las murallas de Cáceres.