El escritor ruso Siniavski plantea el tema del arte frente al poder
El escritor y miembro del Movimiento Democrático Soviético Andrei Siniavski protagonizó ayer en Barcelona una conferencia-coloquio sobre las funcionalidades del arte en una sociedad burocrática y totalitaria. La conferencia sé enmarcaba en el seminario Cultura y Barbarie organizado por la Universidad Internacional Menéridez Pelayo (UIMP) en Barcelona. Siniavski vive exiliado en Francia.Andrei Siniavski pasó revista en su conferencia a las distintas interpretaciones de la funcionalidad del arte y abogó por un desmantelamiento intelectual de las teorías marxistas y freudianas sobre el arte. Formuló la hipótesis de que el arte sea la única realidad, mientras que la realidad del poder y de los valores convencionales sería simplemente "una superestructura". El estudioso soviético habló del arte como "desencadenante de iniciativas individuales en un universo totalitario". "Nuestra existencia como seres tiene valor en sí", dijo; la vida del hombre es sagrada, independientemente de los objetivos sociales que se planteen. En la sociedad soviética, la vida sólo tiene valor en la medida en que se inscribe en los objetivos sociales".
A una pregunta acerca de si el arte por sí solo puede influir en el poder, Siniavski contestó inicialmente en forma negativa: "El arte no puede influir sobre el poder; en principio el arte está dirigido a la persona y no al Estado". Por otro lado, el veterano disidente soviético recordó que "el arte, algunas obras de arte, fue sin duda una de las chispas que prendieron el movimiento democrático soviético". Siniavski refirió el caso de Pavel Litvinov, uno de los intelectuales que se. manifestaron en 1968 en Moscú en protesta por la invasión soviética de Checoslovaquia. "En el juicio aque fue sometido luego, Litvinov fue preguntado por el fiscal acerca de qué era lo que le había movido y él contestó que los escritores rusos".
Finalmente, Siniavski se refirió a su propio caso y contó cómo "me ví obligado a elegir entre política y estética, entre sensibilidad e ideología. Yo había tenido una formación completamente comunista y llegué a la conclusión de que el comunismo llevaba consigo la destrucción de la cultura".
Babelia
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