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Reportaje:

El misterio del ginseng

Una antigua planta medicinal se ha convertido en un negocio de millones de dólares

El ginseng, conocido en la antigüedad como el elixir de la vida, comenzó a hacerse popular en Europa occidental y Norteamérica hace unas décadas. Desde entonces, su consumo ha ido en ascenso, y Corea del Sur, el principal país productor, ha multiplicado sus exportaciones, que rondan ya los 100 millones de dólares al año (unos 17.000 millones de pesetas).Los incondicionales del ginseng aseguran que su consumo constante sirve, entre otras cosas, para combatir el estrés, promueve el metabolismo básico, activa el sistema nervioso central y las secreciones internas, desarrolla la resistencia al cáncer y a la diabetes, regula la tensión arterial y recobra la fatiga. Un folleto de propaganda oficial niega al ginseng poderes afrodisiacos, aunque dice textualmente que "personas que han consumido ginseng durante largo tiempo han conseguido mejorar su poder sexual (en el caso, de los hombres) y también ha mejorado el problema de las mujeres frígidas".

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El 'elixir de la vida'

La producción y la comercialización de esta raíz en Corea del Sur está en manos de un monopolio estatal que también controla el tabaco y que emplea a 13.000 personas. La gama de productos derivados del ginseng es inmensa: tabletas, té, licores -incluido whisky-, elixires, cigarrillos, chicles, refrescos -y un largo etcétera.

Desde hace diez años, el Instituto de Investigación del Ginseng organiza encuentros científicos para estudiar esta planta. El celebrado esta semana fue el cuarto simposio, y participaron conferenciantes de Estados Unidos, Japón, la India, Republica Federal de Alemania y otros países.

En general, los aproximadamente 30 trabajos presentados en este simposio se centraron en la composición química del ginseng y su acción en determinados órganos o funciones del cuerpo.

El profesor británico S. J. Fulder, que participó en los debates, declaraba que es dificil detectar los efectos del ginseng, porque "no es una medicina específica contra algo, sino un tónico general".

Desde el siglo V

La acción farmacológica del ginseng se desconoce todavía en gran parte, pero un libro de medicina china del siglo V de nuestra era señalaba que "ayuda las funciones de los órganos del cuerpo, calma al hombre nervioso, mejora la vista y el funcionamiento del cerebro y asegura la longevidad si se utiliza durante un período prolongado de tiempo". Este tratado califica a la raíz en cuestión como "la mejor de las hierbas medicinales".

En otro libro, escrito durante la dinastía china Ming (siglo XVI), se incluye al ginseng como ingrediente en más de 500 recetas, y entre sus efectos figuran los siguientes: tónico, antipirético, hipotermal, bactericida, diurético y antihemorrágico.

Las investigaciones modernas han confirmado algunos de los efectos de esta panacea (no en vano su nombre latino es, precisamente, Panax ginseng, clasificado por el botánico ruso Meyer en 1843), pero existen tesis contradictorias sobre otros.

Por ejemplo, mientras un estudio con ratas de laboratorio encuentra que el ginseng sube la tensión arterial y es indicado para los hipotensos, otro asegura que la baja y es recomendable a los hipertensos. De modo análogo, unos investigadores destacan su efecto sedante sobre el sistema nervioso central, mientras que otros califican a la raíz milenaria de estimulante de dicho sistema.

Recientemente, algunas investigaciones han encontrado en el ginseng una defensa eficaz contra la diabetes e incluso contra algunas formas de cáncer. Para otros, su mayor utilidad puede estar en regenerar los daños infligidos a los tejidos humanos por las radiaciones, y muchos insisten en que es el tónico adecuado para combatir el estrés de la vida moderna.

Aunque no se haya desvelado completamente su misterio, miles de años de historia y la atención puesta en, él por parte de la comunidad científica actual parecen confirmar los poderes del ginseng. Si a ello se une el creciente interés por la medicina natural en las sociedades industriales avanzadas, no es de extrañar la popularidad que ha alcanzado esta raíz en los últimos años.

Fuerte aumento de ventas

Desde 1970 hasta hoy, las exportaciones de Corea del Sur se han multiplicado por diez. Incluso en España, que va muy a la zaga de otros países occidentales en esta moda del ginseng, las ventas se han cuadruplicado en apenas tres años, según datos del monopolio surcoreano encargado de la comercialización de la raíz y de sus productos.

Los surcoreanos aseguran que sólo el ginseng producido por ellos es el auténtico, y que todos los demás son imitaciones que no tienen nada que ver con la verdadera raíz medicinal.

La construcción de una moderna planta de procesamiento del ginseng en Buyeo, al suroeste del país, y la apertura de 17 exposiciones permanentes en otras tantas capitales de Asia y Europa han contribuido al crecimiento de este negocio.

Actualmente, Corea del Sur exporta ginseng a 52 países. El ginseng rojo, la variedad mejor y más cara, estaba destinada únicamente a la exportación, pero hace unos años se permitió su venta en el interior del país "para mejorar el nivel de salud del pueblo coreano". Es lo que se dice predicar con el ejemplo.

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