Comienza la etapa final de pruebas en el núcleo del Telescopio Espacial
El corazón del Telescopio Espacial, cuyo objetivo es ampliar la visión humana en una zona del universo 350 veces mayor que la actualmente accesible, se ha logrado completar tras una larga serie de retrasos. Funcionarios de la National Aeronautics and Space Administration (NASA) y de la empresa Parkin-Elmer, constructora del telescopio, lo han expuesto en Danbury, Connecticut. En noviembre comenzará su largo camino desde esta ciudad a una órbita terrestre, pasando por California y Cabo Cañaveral. Se espera que en marzo de 1986 el telescopio esté listo para su lanzamiento.Situado detrás de un cristal protector, el telescopio, de más de 12 metros de altura, se encuentra rodeado casi permanentemente de técnicos enmascarados que realizan las últimas comprobaciones de sus instrumentos externos, tales como los sistemas de calefacción situados alrededor de su espejo, de 2,38 metros de diámetro. Estos sistemas son necesarios para mantener el espejo a temperatura ambiente terrestre en la fría zona de sombra de la Tierra cuando gire a su alrededor.
Según los responsables del proyecto, el telescopio podrá, si todo va bien, observar objetos 50 veces más débiles que los que han podido observar hasta la fecha los mayores telescopios situados en la superficie terrestre. Mientras el telescopio navega por el espacio, sus sistemas de apuntamiento, cuyo desarrollo ha planteado los mayores problemas, podrán mantener centrado permanentemente un objeto no mayor que una peseta visto desde una distancia de varios centenares de kilómetros.
El nombre oficial del instrumento es Telescopio Espacial Hubble, en memoria del astrónomo Edwin P. Hubble. Donald V. Fordyce, director del proyecto por parte de la empresa constructora, afirmó la pasada semana que tenía la esperanza de que las comprobaciones finales del sistema eléctrico estuvieran terminadas para finales de este mes. En noviembre, después de ser introducido en un contenedor especial, el telescopio será llevado en camión a la base aérea de Stewart, en Nueva York.
Desde allí será llevado en un gigantesco avión de transporte a la planta de fabricación de la compañía Lockheed, en Sunnyvale, California. El gran peso del telescopio hará que el avión no pueda llevar toda la carga de combustible y deba repostar varias veces.
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