Fiebre y problemas respiratorios reducen las esperanzas de recuperación de Dialí
Fiebre moderada y signos de insuficiencia respiratoria son las complicaciones que han aparecido en el posoperatorio de Salvador Dalí, por lo que los médicos que le atienden en la clínica del Pilar de Barcelona han retrasado su salida de la unidad de cuidados intensivos. El primer clínico oficial, firmado por los doctores García Sanmiguel, Visa Miracle, Benedito y Vidal, fue dado a conocer al mediodía de ayer. En él se notificaba que, hacía ocho horas, se habían descubierto los síntomas de la deficiencia respiratoria. A las 21.30 horas, el segundo parte informaba de cierta mejoría del enfermo, dentro de la gravedad.
Hacia las dos de la tarde los doctores Visa y Benedito hablaron con la Prensa sobre la evolución del paciente y recordaron que .cuando se anunció la necesidad de la intervención quirúrgica ya dijimos que, aunque era la única salida posible, con ella no podíamos asegurar un resultado positivo". El estado de Salvador Dalí es muy grave, más peocupante incluso que el pasado sábado y las esperanzas de su recuperación se han reducido.El abogado Miguel Doménech decía ayer que Dalí "estaba postrado en su lecho de muerte". Estas palabras y el hecho de que pasara gran parte de la mañana del domingo reunido con sus colaboradores, Robert Descharnes y Antonio Pitxot, y con, un notario, hacía prever lo peor. Por la noche, sin embargo, el último parte médico hablaba de una mejoría general, con descenso del estado febril y menores dificultades respiratorias.
Acusaciones e investigación
Está previsto que esta mañana Miguel Doménech comparezca ante el juzgado de La Bisbal para dar cuenta de lo sucedido en Púbol en la noche del jueves, 30 de agosto, cuando Dalí sufrió el accidente, al incendiarse su habitación.
En repetidas ocasiones el abogado Miguel Doménech ha declarado que ahora no es el momento de hacer ninguna aclaración y que, son sus palabras textuales a este diario "en la situación que padecemos, primero es Dalí, su honor, su gloria y su vida; y, luiego, nosotros y nuestras niserias; y antes que todos la verdad y la justicia,
Mañana se cumplen 27 meses desde que Dalí dejó Port Lligat para encerrarse en Púbol, junto a la tumba de su esposa Gala de la que no habla jamás. Protegido por los gruesos muros del viejo castillo, el pintor se ha dejado morir atentando contra su vida. Nadie ha sabido entender que "Dalí necesita ser dominado", comentaba un antiguo amigo suyo.-"Dalí no,ha estado secuestrado,,. sino autosecuestrado", ha apuntado una de las personas que han permanecido al lado del pintor durante el último período die su vida. Su voluntad de no recibir a nadie, su aislamiento del mundo exterior, su negativa a ingerir alimentos y a ser medicado convenientemente y su rechazo a ser trasladado a un centro hospitalario "son decisiones que corresponden a la voluntad del pintor. No obstante, esta situación podría haber sido corregida si a sus colaboradores no les hubiera faltado valor para imponerse". Gonzalo Serraclara, primo del pintor, quiso recomendarle una mejor conducta dienética y Dalí lo echó de su lado. Querer imponerse a Dalí implicaba el riesgo de perder sus favores.
Muy pocas personas han permanecido al lado de Dali durante los 813 días que ha vivido en Púbol: Artur Caminada, el fiel mayordomo que acude diariamente, al lado del pintor desde Cadaqués; Quim Chicot y Dolors, su. mujer, y Trini, cuidan de las labores domésticas; las enfermeras, cuatro en total, y los miembros de laGuardia Civil responsables dé la seguridad del edificio. Las visitas han sido también escasas. Excepto los colaboradores más directos del artista y los médicos, muy pocas personas han tenido acceso a la habitación de Dalí. El ministro de Cultura, Javier Solana, que le visi.tó el 5 de abril de 1983, y el presidente de la Generalitat, Jordí Pujol, que pudo saludarle el 27 de marzo último, son los nombres que figuran a la cabeza de una reducida lista de privilegiados.
Los facultativos que han examinado al artista son más importantes en número que sus visitantes. Al principio, acudía regularmente al castillo el neurólogo barcelonés Miquel Balcells. Luego, pasó a ocuparse del cuidado del artista el médico Juan García Sanmiguel, quien le atendía en colaboración con el psiquiatra Carlos Ballús. A la primera consulta médica acudieron el doctor Lhermitte, médico francés afincado en Suiza; el internista doctor Serrasain y el neurólogo José María Espadalé, además de García Sanmiguel y Ballús.
En una segunda consulta médica estos especialistas citaron en Púbol a los internistas Gorbach y Espinós que llegaron procedentes de Boston y Madrid, rtspectivamente y al psiquiatra suizo Pitxot. Por aquellos días fue llamado también a Púbol del hematólogo Fernando Castillo. Otro médico, el neuropsiquiatra Álexandre Pons ha atendido también al pintor.
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