El 'grupo de Contadora' valora positivamente los encuentros entre EE UU y Nicaragua

Los cuatro cancilleres del grupo de Contadora presentaron ayer a sus colegas centroamericanos reunidos en Panamá un documento que incluye todos los puntos del acta de paz sobre los que ya hay consenso, a la vez que mostraron su optimismo por las conversaciones que representantes de Estados Unidos y Nicaragua están llevando a cabo en la ciudad mexicana de Manzanillo para buscar una solución negociada a la crisis centroamericana. De esta forma tratan de demostrar a quienes afirmaron que la situación de Centroamérica era irreversible que son más los temas en los que se está de acuerdo que aquellos otros en los que aún subsisten divergencias.La seguridad de Nicaragua se está decidiendo en Manzanillo, y no en Panamá. El Gobierno nicaragüense pretende lograr un compromiso de no agresión por parte de EE UU que incluya el cese de todo apoyo a las guerrillas contrarrevolucionarias, que en sólo un año han aumentado sus efectivos de 4.000 a 12.000 combatientes, hasta convertirse casi en un ejército convencional.

Oferta nicaragüense

Managua ofrece a cambio la salida de todos los asesores militares extranjeros, garantías de que no se instalarán en su territorio bases militares soviéticas ni cubanas, el compromiso de no permitir que se realicen maniobras internacionales y la aceptación de una comisión de control que verifique que ningún país de Centroamérica desestabiliza a otro. Mediante esta fórmula trata de evitar el tráfico de armas hacia los grupos guerrilleros.Todos estos temas son objeto de negociación paralela en Contadora, pero Managua los ha condicionado a un acuerdo previo con Estados Unidos, donde ve su principal amenaza de desestabilización. Una vez logrado esto, los sandinistas estarían dispuestos a equilibrar su arsenal militar con el de sus vecinos.

Aunque las conversaciones de Manzanillo supediten cualquier acuerdo sobre armamento, el grupo de Contadora pretende acelerar el paso de sus propias negociaciones, ya que, como ha señalado el canciller mexicano, Bernardo Sepúlveda, la paz en la zona se enfrenta a riesgos continuos, debido a las agresiones armadas y a la presencia militar foránea. Sepúlveda señaló además que el objetivo de Contadora fue desde su inicio disminuir en su mayor número el contingente de tropas extranjeras emplazadas en la región. "Esa presencia continúa, y se deben emprender acciones eficaces para disminuirla y eliminarla".

Los cuatro integrantes del grupo de Contadora han subrayado los avances logrados, aunque tampoco ocultan los obstáculos existentes. Entre éstos se encuentra la cuestión electoral, que Nicaragua se niega a abordar más allá de una declaración genérica, pero no en el aspecto normativo que los Gobiernos de Costa Rica y Honduras pretenden imponer.

Es posible que el acta de paz tenga que corregir en este punto su nivel de compromiso, puesto que hondureños y costarricenses consideran que su propia seguridad depende de una evolución democrática en Nicaragua.