Moscú declara a Bonn la guerra sin cuartel
El aplazamiento de la visita de Erich Honecker a la República Federal de Alemania, del que se hizo eco anoche la agencia Tass sin grandes comentarios pero mostrando su tácita aprobación, es la culminación de una campaña de intensas presiones por parte de la URSS, disfrazadas de ataques contra el Gobierno de Bonn.Erich Honecker había declarado en varias ocasiones su deseo de continuar el diálogo con la otra Alemania porque lo considera "un factor de estabilidad para Europa". Las críticas de Moscú a Bonn han sido durísimas. Comenzaron a finales de julio con motivo del crédito concedido por el Deutsche Bank a la República Democrática Alemana (RDA). Ya entonces era visto el Gobierno de Bonn como peligro por "querer incrementar su influencia política y económica sobre el de Berlín oriental". No se criticó, sin embargo, a la RDA por haber firmado ese crédito poco después de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los países del Comecon (12 al 14 dejunio), en la que se acordó disminuir la dependencia económica de Occidente.
Después llegaron los ataques contra el ministro de Asuntos Exteriores germanofederal, Hans Dietrich Genscher, a quien la Prensa soviética acusó de haberse autoerigido en "protector de quienes desean la reunificación alemana desde el mismo día en que el país quedó dividido".
Los medios de comunicación de la URSS seguían hablando de "intenciones expansionistas de Bonn" cuando publicaron unas declaraciones que Honecker había concedido a la Prensa de su país sin las alusiones que hacía a la riecesidad del diálogo.
Y esos ataques subieron definitivamente de tono el pasado día 1, cuando el diario Pravda aseguró que "por ese camino se llegaría a otra guerra". El comentarista político Yevgeny Grigoriev acusaba a la RFA de querer liquidar a la RDA con sus deseos anexionistas.
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