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Erich Honecker aplaza inesperadamente su visita a la RFA

La primera visita a la República Federal de Alemania (RFA) del secretario general del Partido Socialista Unificado (SED, comunista) y jefe del Estado de la República Democrática Alemana (RDA), Erich Honecker, prevista para el próximo día 26, quedó ayer aplazada sin que se haya fijado una nueva fecha. El aplazamiento fue comunicado en Bonn por el representante permanente de la RDA, Ewald Moldt, que había acudido a la cancillería federal para entrevistarse con el ministro de Estado de la Cancillería, Philipp Jenninger, para concretar detalles de la visita y discutir el texto del comunicado conjunto, que estaba ya casi ultimado.

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Horas más tarde, en una entrevista concedida a una emisora germanoccidental, Moldt expresó su confianza en que la visita se celebre "antes de que finalice el año l984".Al salir de la cancillería, el embajador Moldt explicó que "ha quedado demostrado que el estilo y las discusiones públicas en la República Federal de Alemania en relación con la visita son completamente indignas y contraproducentes para la visita, así como absolutamente insólitas en el contacto entre dos Estados soberanos". El representante de la RDA concluyó su declaración con la frase: "Podemos partir del supuesto de que la fecha prevista para la visita ya no es real".

Tras esta declaración de Moldt, que difundió la agencia Reuter, en la oficina federal de prensa (BPA) reinó el caos. Desde afirmar que no habían recibido la noticia, porque se produjo un corte de luz, hasta convocar a periodistas a golpe de teléfono, de forma indiscrminada y, probablemente, según las simpatías del funcionario de turno, para difundir extraoficialmente la interpretación del Gobierno de Bonn sobre el aplazamiento de la visita. De forma oficial, el ministro de Estado de la Cancillería, el democristiano Jenninger (CDU), lamentó el aplazamiento de la visita, pero rechazó los motivos alegados por el representante diplomático de la RDA.

Indignación en Berlín Este

El régimen de Berlín Este se mostró indignado días atrás por las declaraciones consideradas ofensivas, del jefe del grupo parlamentario democristiano (CDU) en el Bundestag, Alfred Dregger, que dijo que "el futuro de la RFA no depende de que el señor Honecker se digne visitarnos".Jenninger argumentó ayer ante la Prensa en Bonn que la RFA "es un país en el que cada uno puede expresar libremente sus opiniones". Y añadió que el Gobierno de Bonn había declarado varias veces que Honecker era "bien venido". El ministro dijo que el programa previsto para la visita de Honecker incluía todos los elementos de una visita oficial, aunque estaba catalogada como visita de trabajo, incluida una audiencia con el presidente federal. Concluyó la declaración ministerial expresando la esperanza de que "la decisión de la RDA no suponga una carga para el desarrollo posterior de las relaciones entre los dos Estados alemanes y continúe el diálogo y la cooperación deseada por ambas partes en interés de la paz en Europa y de las gentes en la Alemania dividida".

Extraoficialmente, fuentes del Gobierno de Bonn insinúan que el motivo de la renuncia a la visita hay que buscarlo en la discusión interna dentro del bloque socialista y no en los motivos alegados por el representante de la RDA. El Gobierno de la RFA trata de presentar a Honecker como impotente ante una negativa que vendría dictada desde Moscú. Esta interpretación coincide con la fuerte campaña desatada en la Prensa soviética y polaca en las últimas semanas contra el Gobierno de Bonn. En esta coyuntura internacional, Honecker no dispondría del margen de maniobra suficiente para realizar por primera vez en la historia de los dos Estados alemanes una visita a la RFA.

Las declaraciones de Dregger y otros políticos democristianos sirvieron en bandeja al régimen de Berlín Este la coartada necesaria para aplazar o anular la visita. El presidente de Baviera, el socialcristiano Franz Josef Strauss (CSU), que desde hace más de un año pasó a apoyar e impulsar una ostpolitik realizada por el Gobierno de centro-derecha en Bonn, comentó ayer que, "no sin motivo, desde hace semanas advertí varias vecescontra la dañosa y superflua palabrería sobre la visita de Honecker. Strauss añadió que sigue el proceso "con atención no exenta de preocupación".

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