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La industria y las grandes ciudades argentinas secundaron la huelga convocada por la CGT

El Gobierno radical argentino, que preside Raúl Alfonsín, logró, con un gran despliegue de información y publicidad oficial, atenuar los efectos de la primera, huelga general de 24 horas reallizada ayer y que había sido declarada por la Confederación General de Trabajadores (CGT), de orientación peronista. El paro fue importante en el área industrial de Buenos Aires y las ciudades más grandes del país, pero sólo parcial en la Administración pública y el comercio. Por otra parte, el paro convocado para ayer por los cinco sindicatos más importantes de la República Dominicana fue cancelado ante las advertencias del Ejército de que actuaría con rigor frente a cualquier manifestación callejera.

El Gobierno argentino garantizó públicamente el derecho de huelga pero también el de trabajar. La protesta masiva se desarrolló en medio de un debate público, no interrumpido por la medida, en el que participaron todos los sectores sociales y políticos. La Secretaría de Información Pública ordenó a los tres canales de televisión del Estado que repitieran constantemente durante el fin de semana la conferencia de prensa del ministro de Trabajo, Juan Manuel Casella, donde éste explicó a los trabajadores las "intenciones políticas" de la huelga y atacó duramente a los dirigentes sindicales por su decisión, a la que juzgó como una "agresión a la democracia".En ningún caso se ofreció, al mismo tiempo, la versión de los líderes gremiales. Sus opiniones fueron recogidas por los medios, gráficos y las radios privadas. En cambio se registraron declaraciones en la televisión de dirigentes menores, no adheridos a la CGT, que cuestionaban el paro aunque, aclaraban, "las reclamaciones son justas". Durante el día de ayer los telediarios entrevistaron a los trabajadores que se presentaron en sus puestos y realizaron enctiestas con ellos. Otros, aseguraron que no habían concurrido "porque tenemos miedo".

A mediodía, el secretario de Trabajo, Roberto Bigatti, admitió el porcentaje de absentismo en el área urbana bonaerense, pero estimó que la actividad fue normal en la Administración pública, en los servicios del Estado y en el comercio. De acuerdo a los datos recogidos por el citado departamento, la tendencia, era similar en todo el país, aunque se aclaró que se trataba de una "evaluación, parcial".

A la una de la tarde de ayer el Ministerio del Interior corrigió las cifras de la Secretaría de Trabajo y aumentó considerablemente los porcentajes de trabajadores que se habían presentado en sus puestos. Un funcionario del Gobierno insistió en que "todo esto no refleja mas que una tendencia orientadora" y aclaró que hasta hoy no habría un pronunciamiento oficial definitivo.

Por su parte, Saúl Ubaldini, uno de los cuatro secretarios generales de la CGT, leyó, después de una reunión en la sede de la Asociación Obrera Textil, un informe preparado por la central obrera donde se resumían los datos procedentes de las regionales. Ubaldini estimó en un porcentaje superior al 90% el paro de trabajadores que responden a los grandes sindicatos del país y sólo declaró "hasta este momento la huelga tiene un apoyo masivo, a pesar de la presión oficial".

Temor en Santo Domingo

Por otra parte, la huelga general convocada para ayer por los cinco sindicatos más importantes de la República Dominicana, fue cancelada ante el temor de que pudiera originar un estallido de violencia, informa Jesús Ceberio desde México. El Ejército había advertido que se emplearía con rigor frente acualquier manifestación callejera. Los líderes sindicales acordaron utilizar otros medios de protesta contra la subida de los combustibles.

En lo que se ha interpretado como un gesto conciliatorio, la policía empezó a liberar el sábado a unos 50 dirigentes sindicales a los que arrestó días antes en previsión de las protestas que iba a originar el aumento delprecio, de la gasolina.

Esta medida obedece al convenio firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para eliminar progresivamente las subvenciones estatales a las compras de petróleo. El Gobierno obtendrá a cambio préstamos directos por valor de 200 millones de dólares (unos 33.000 miliones de pesetas) y el aval del FMI en las negociaciones con el Club de París. En un plazo no determinado los combustibles tendrán que triplicar el precio anterior. La subida promedio decretada el viernes fue del 50%.

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