Octavio Paz, homenajeado como "orgullo de Mexico"
Como un "orgullo de México" calificó el presidente Miguel de la Madrid a su compatriota el poeta y ensayista Octavio Paz, durante la inauguración de una semana-homenaje, iniciada el lunes pasado en esta ciudad, como reconocimiento al escritor en sus 70 años de vida. La ceremonia, realizada en el palacio de Bellas Artes, uno de los centros culturales más importantes de la capital mexicana, fue breve, pero también emotiva. El más emocionado de todos los asistentes era el propio festejado: Octavio Paz. El escritor, desde el 31 de marzo, día de su cumpleaños, ha venido festejando sus 70 años casi de forma ininterrumpida. El mayor regalo lo recibió el lunes pasado: el homenaje que le dedicó del Gobierno de México.
"Es significativo que un Gobierno valore, reconozca, a sus intelectuales y artistas, actuales y activos", dijo Javier Barros Valero, director del Instituto Nacional de Bellas Artes, en nombre del Gobierno. "Lo es más cuando sus artistas e intelectuales saben guardar su distancia frente al poder y ejercer tal independencia para expresar libremente sus opiniones y sus desacuerdos". Tema importante para el Gobierno mexicano, y el escenario no pudo haber sido mejor escogido para mencionarlo. El lunes, en el palacio de Bellas Artes, estaba invitado, prácticamente sin exclusiones, todo el mundo intelectual mexicano. "Esto demuestra", agregó Barros Valero, "que en México vivimos, pese a las dolorosas desigualdades que nos agobian, un régimen real de libertades".
Breve discurso
Octavio Paz estaba emocionado, y él mismo lo reconoció en un breve discurso que pronunció esa noche. En él agradeció el homenaje del Gobierno de una forma en que sólo los buenos poetas saben hacerlo. Dijo que veía en el homenaje por sus 70 años un símbolo que a la vez era también una definición política. "Un escritor cumple 70 años", dijo Paz, "y más de medio siglo de escribir y publicar poemas; entonces ocurre algo insólito no sólo en México sino en el mundo: el Estado invita a los amigos y compañeros del escritor para que durante cinco días conversen libremente entre ellos sin ninguna cortapisa".En su discurso -¿o era un breve ensayo?- el poeta se refirió a dos temas recurrentes tanto en su poesía como en sus ensayos: el amor y la política, los dos extremos, según Paz, de las relaciones humanas. "La idea del amor ha sido la levadura moral y espiritual de nuestras sociedades durante más de un milenio", dijo el poeta. "Hoy amenaza con disolverse porque hemos herido en su centro a la noción de persona".
Los campos de trabajo forzado y la amenaza atómica, según Paz, son inseparables de la crisis del amor en el siglo XX. "Son signos del mismo mal", agregó el escritor. "Si nuestro mundo ha de recobrar la salud, la cura debe ser dual: la regeneración política incluye la resurrección del amor".
"Y para reinventar el amor", dijo Paz el lunes pasado, "hay que inventar otra vez al hombre".
"Es nuestro poeta, nuestro semejante y nuestro amigo, es nuestro hermano mayor", dijo el escritor mexicano Carlos Fuentes, refiriéndose a Octavio Paz, en la noche del homenaje. Fuentes, viejo amigo del poeta, fue el único que se atrevió a nombrar una palabra que esa noche estaba en los labios de todos. La mencionó al desearle al poeta un "cumpleaños feliz". "Que 1984 les traiga, además", dijo Fuentes dirigiéndose a Octavio Paz y a su esposa, "el feliz accidente de un premio que Octavio Paz, primer poeta de la América española, merece más que nadie". El Premio Nobel de Literatura.
