La oposición nicaragüense accede a que el diálogo nacional se lleve a cabo sin los grupos armados antisandinistas
La oposición conservadora nicaragüense renunció ayer a una de sus principales condiciones para tomar parte en las elecciones presidenciales convocadas para el próximo día 4 de noviembre: el diálogo para la reconciliación nacional podrá llevarse a cabo sin la presencia de los grupos armados antisandinistas, informa la agencia Reuter.
El sorprendente cambio de posición fue anunciado ayer en una conferencia de prensa por la Coordinadora Democrática, que agrupa a cuatro partido conservadores opuestos a la política del Frente Sandinista. Hasta ahora, la Coordinadora exigía la participación en el diálogo nacional de todas las fuerzas nicaragüenses, incluyendo a los antiguos guardias somocistas que combaten desde la frontera hondureña y a los guerrilleros mandados por Edén Pastora, desplegados en la frontera con Costa Rica. El presidente de la Coordinadora, Luis Rivas Leiva, dijo ayer que: la oposición no insistiría más en esa condición, aunque mantenía la exigencia de un diálogo con participación del Grupo de Contadora y de la Organización de Estados Americanos.
Los dirigentes de la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), integrada en su mayoría por antiguos somocistas, renunciaron recientemente a participar en el diálogo, si ese, contribuía a la reconciliación nacional. Edén Pastora, que no se ha pronunciado todavía al respecto, propuso hace pocas semanas deponer las armas si se abría un proceso de diálogo en Nicaragua.
Entre tanto, Arturo Cruz, frustrado candidato presidencial de la Coordinadora, ha anunciado que piensa "regresar urgentemente" a Managua. Este anuncio puede estar relacionado con un intento para reanudar el diálogo entre las fuerzas políticas nicaragüenses.
Por otra parte, Estados Unidos y Nicaragua iniciaron ayer su cuarta ronda de conversaciones en el puerto mexicano de Manzanillo. Aunque se mantiene un secreto total sobre el contenido del diálogo, fuentes diplomáticas afirman que esta nueva fase de contactos está centrada en cuestiones de procedimiento sobre la agenda de las negociaciones tendentes a buscar una normalización de las relaciones.
Las conversaciones, que durarán dos días, están a cargo del embajador especial de EE UU para Centroamérica, Harry Shlaudeman, y el vicecanciller nicaragüense, Víctor Hugo Tinoco.
La entrevista de Manzanillo ha estado precedida de duras acusaciones intercambiadas entre Managua y Washington. El vicepresidente norteamericano, George Bush acusó a Nicaragua de participar en el tráfico internacional de drogas. El coordinador de la Junta de Gobierno de Nicaragua, Daniel Ortega, denunció por su parte, en una entrevista difundida por el periódico The Washington Post, la existencia de un plan de la CIA para asesinar a varios dirigentes de Managua. El diálogo se inició con la visita relámpago del secretario de Estado norteamericano, George Shultz, a Managua el 1 de Junio.
El Gobierno de Nicaragua ha manifestado ante estas conversaciones su plena disposición para llegar a un acuerdo de "seguridad mutua". Estados Unidos, por su parte, considera necesaria para la normalización de las relaciones entre los dos países que Managua cese en su ayuda a la guerrilla salvadoreña.
Con relación a esta ayuda, que Managua niega, el presidente de El Salvador, José Napoleón Duarte, envió el martes una carta al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya (TIJ) en la que pide a éste que desestime la demanda planteada por Nicaragua contra EE UU el pasado 9 de abril por el minado de puertos nicaragüenses.
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