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Icona y el alcalde de Ronda, enfrentados por la creación de un parque natural en la serranía

Julián de Zulueta, alcalde de Ronda, es un hombre preocupado por salvar el entorno natural de su ciudad. Sobrino de Julián Besteiro, llegó a la política recientemente y por casualidad, cuando los dirigentes del PSOE en Andalucía decidieron que su parentesco con aquel líder histórico, su carisma personal y su gran actividad podrían hacer de él un buen alcalde para Ronda, ciudad de 31.000 habitantes, con cierta importancia como símbolo en Andalucía y gobernada hasta las últimas elecciones municipales por el Patido Andalucista.Julián de Zulueta había llegado a Ronda para vivir una tranquila jubilación después de una larga experiencia como médico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en campañas contra enfermedades tropicales por todas las latitudes. De su larga actividad en la medicina de campaña le quedó el hábito del paseo por las montañas, y de ahí que le guste recorrer la serranía de Ronda y en especial los bosques de pinsapos, árbol típico de la zona, de la sierra de las Nieves.

En torno al bosque de pinsapos surgieron las primeras desavenencias entre Zulueta y Miguel Álvarez, director provincial de Icona. Zulueta es partidario de limitar en lo posible el acceso al pinsapar, y en eso choca con las actitudes de Miguel Álvarez: "El pinsapar de Grazalema, en Cádiz, está bien protegido por Icona", opina Zulueta. "Allí se limita a 60 el número de visitantes por día, de manera que se evitan las grandes aglomeraciones de fin de semana que se producen en el de Málaga. En éste intentamos hacer lo mismo".

"El único enemigo es Icona"

"Se trataba de limitar la entrada hasta el número de 80 visitantes por el lado de Ronda y 40 por el de Yunquera", añade Zulueta. "Desde que se hizo esto, Miguel Álvarez adoptó tácticas para que la medida resultara impopular. Concretamente, cerró la puerta de acceso" de manera que aun las personas que solicitaban permiso y entraban dentro del cupo tenían que entrar a pie por la pista, en lugar de recorrerla en coche hasta el final. Además, prohibió la entrada a los hombres del pueblo que viven del monte, como si la medida tuviera que afectarles también a ellos, cuando en realidad se establece para los visitantes ajenos a la zona".Paralelamente, Julián de Zulueta propone la creación de un parque natural, en realidad como medio de hacer escapar la zona al control de Icona: "Mire, hablando claro, la sierra de las Nieves no tiene más enemigo que Icona, y hay que decirlo así. Por eso, si se le diera la declaración de parque natural y estuviera administrado por un patronato, habría más posibilidades de protegerla".

Coincidiendo con la petición, suscrita por los alcaldes de Ronda, Parauta, Igualeja, Yunqueras, El Burgo e Istán, Icona suspende los trabajos en una parte de la sierra -que se reanudaron en junio, aunque con la mitad de personal-, y por estos pueblos empieza a correrse el bulo de que si se declara el parque natural se perderán los puestos de trabajo en la sierra.

Zulueta acusa también de esto a Miguel Álvarez: "A mí me ha explicado que los trabajos se suspendieron por un fallo en la llegada de los fondos o algo así. Pero ya es demasiada casualidad. Yo sé que ha sido él quien ha hecho correr el bulo de que el parque natural acabaría con los puestos de trabajo".

Eduardo Carbonell, alcalde de El Burgo, independiente al que se podría situar en la izquierda extraparlamentaria, ha recibido índirectas sobre la posibilidad de pérdida de empleo, pero las ha rechazado: "Icona es aquí un poder fáctico desde siempre. Controla grandes presupuestos y da mucho empleo fijo en una, zona donde casi todo lo que, hay es trabajo eventual. Pero nosotros estamos en la idea del parque natural, y más desde la aparición de los cadáveres de las cabras ibéricas".

La citada aparición, producida la primavera pasada, constituye uno de los mayores escándalos ocurridos en España en los últimos tiempos en materia de conservación de la naturaleza. En el término municipal de El Burgo apareció una fosa en la que se encontraron decenas de cadáveres de cabras hispánicas, muchas de ellas de muerte reciente, que todavía se encontraban en estado de descomposición. El juez de Ronda investiga el caso. Según todos los indicios, los cadáveres provienen de cacerías, y no se descarta que las cabras, especie protegida, hayan sido consumidas en calderetas por los propios cazadores.

Miguel Álvarez, a su vez, rechaza todas las acusaciones: "Zulueta es un enamorado de la sierra, y sólo así se puede justificar lo que hace y dice y los fantasmas que ve". En explicación de Miguel Álvarez, el cierre de la verja de acceso a la pista con ocasión de la limitación de visitantes al bosque se debió a una interpretación demasiado restrictiva del correspondiente guardia, y la simultánea suspen sión de trabajos en Yunqueras se debió a un fallo burocrático que retrasó el envío de fondos.

En cuanto al nerviosismo en alguno de los pueblos, Miguel Álvarez explica que "Zulueta se equivocó al plantear al tiempo la limitación de acceso y la declaración de parque natural, porque se relacionó una cosa con la otra y la gente de los pueblos creyó que les iban a quitar el monte de las manos. Estos pueblos llevan generaciones viviendo del monte y del bosque y cualquier cambio es delicado y hay que tratarlo con cuidado".

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