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Un acuerdo otoñal

Las conversaciones para conseguir un acuerdo económico-social han entrado también en período de vacaciones, después de haber avanzado muy poco hasta la fecha.(...)De las partes que vienen interviniendo en estos primeros contactos -Gobierno, CEOE, UGT y Comisiones Obreras- es previsible que una de ellas no llegue al final de las negociaciones. El sindicato comunista quiere ensanchar en tal medida los límites del AES que apenas deja materia laboral, económica e incluso política fuera de su circunscripción, y lo normal es que se retire de la mesa en cualquier momento en que encuentre oposición a sus exigencias. ( ... )

Por parte del sindicato socialista no cabe esperar, en cambio, que surjan otros problemas que los de mantener el tipo y salvaguardar la imagen. Desde el propio Gobierno se ha recomendado a dirigentes de UGT que no defiendan las posturas de aquél con tanto entusiasmo como vienen haciéndolo en estas primeras escaramuzas sobre el acuerdo.

Las cuestiones fundamentales quedan planteadas, por tanto, entre el Gobierno y la organización empresarial, cuyos puntos de vista sobre las bases de partida del AES distan mucho de estar cercanas hasta el momento. Ambas partes, al igual que el resto de las fuerzas. sociales presentes, hacen hincapié en el crecimiento del empleo como finalidad principal del acuerdo, pero difieren sustancialmente en los métodos para alcanzarla. ( ... ).

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Desde el punto de vista empresarial, (...) la continuación de la política económica actual se ve como un acentuamiento del proceso de penalización al ahorro y la inversión, con un impulso desmedido de la presión fiscal, falta de voluntad de contención del crecimiento del déficit público y, sobre todo, insuficiencia de recursos disponibles para la inversión privada, que es la única alternativa válida para un fomento sólido del empleo. La oferta de la CEOE, en el sentido de admitir aumentos de la presión fiscal del 0,5% durante los próximos dos años -que es un porcentaje considerable en las actuales circunstancias-, a cambio de que se apoye más a la inversión privada, es uno de los planteamientos más serios que se han hecho en el inicio de las conversaciones, y sobre él deberían girar y llegar a soluciones concretas, lo fundamental del diálogo.

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