Akelarre representa una versión antibelicista de 'Las troyanas'
El grupo vasco Akelarre, que dirige Luis Iturri, representó en el teatro romano de Sagunto (Valencia) Las troyanas, de Eurípides, según una pretensión pacifista de contar de nuevo la historia desde el punto de vista de los derrotados troyanos y no desde la óptica de los expansionistas griegos. La gira estival de este montaje, subvencionado por el Gobierno vasco y el Ministerio de Cultura, comenzó el 19 de julio en Itálica (Sevilla) y concluirá la segunda quincena de septiembre en Galicia."Es una obra profundamente antibelicista, y esto a mí me encanta", afirma Iturrí. Eurípides estrenó Las troyanas en el año 415, cuando Atenas preparaba la invasión de Sicilia. El comediógrafo tuvo la osadía de atreverse a contar la conquista de Troya poniendo como protagonistas a los vencidos. "Coge un fragmento de historia que conocían todos sus contemporáneos y lo presenta al revés. Esto supuso que frente a Esquilo y Sófocles, Eurípides no ganara en vida y fuera a morir en el exilio". En la versión de Iturri, la mitología griega aparece ridiculizada y la imposición del destino actúa porque previamente la determinan los poderosos. "Todo lo que pasa ya está decidido, pero porque unos señores antes ya lo han decidido", expresa el director. El montaje acoge a importantes nombres de la escena que ejecutan los personajes de la tragedia. Asunción Sancho representa a Hécuba; Emma Cohen, a Casan dra; Carmen de la Maza, a Andrómaca, y José Pedro Carrión, a Menelao. María Fernanda d'Ocón es tuvo vinculada a este proyecto, pero se retiró días antes del estreno. Pero tan significativo como es tas figuras, ocupa un espacio escénico decisivo el coro, formado por alumnos de la Escuela de Arte Dramático de San Sebastián, don de Iturri da cursos de especialización. Las troyanas, inicialmente, fue un trabajo docente de investigación, que luego se amplió para representarlo en la temporada de verano de teatro clásico. "El coro narra y provoca las vivencias humanas de los personajes de la tragedia", señala el director. "He buscado que fuera un elemento rítmico marcado por los coturnos sobre un suelo especial de corcho artificial y manoplas que sonaran. Tiene una intervención mitad recitativa, mitad cantada, porque si pones las voces a tres tonos estás oyendo a un orfeón y no el texto teatral". Cuando el coro deja el escenario a los personajes, se refu-oia dentro de unas columnas transparentes decoradas con temas clásicos de la pintura griega. Luis Iturri, casi 20 años vinculado a la permanencia del grupo Akelarre, piensa que el retorno de los clásicos cada verano a los foros teatrales al aire libre de España es una costumbre arraigada. "Tenemos una idea de lo trágico que se ha ido transformando a lo largo del tiempo. En lenguaje popular se dice que la tragedia es un acontecimiento de consecuencias funestas. Ha existido una correa de transmisión que ha hecho que el interés por la tragedia permanezca siempre. Nadie la ha ignorado, ni los teólogos".
Babelia
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