Los 200 expedicionarios españoles perdieron dos días de entrenamiento por la aclimatación
A las siete de la mañana del martes, la gran mayoría de los olímpicos españoles se levantó. Había que viajar hasta Los Ángeles. Pudieron acostarse a las ocho de la mañana de ayer, según el horario español. Han perdido dos días de entrenamiento, básicos por que precisamente estas fechas están marcadas por la curva ascendente que realizan en su preparación para poder estar dentro de poco en su mejor momento de forma. Hay estudios que señalan que el organismo humano necesita para su perfecta aclimatación, cuando abandona su entorno habitual, un día por cada hora de diferencia horaria. Quedan cuatro días para que comiencen las competiciones, y Los Angeles tiene, respecto a Madrid, una diferencia de nueve horas
Los más de 200 expedicionarios fueron citados en el aeropuerto de Barajas a las nueve de la mañana del martes. A mediodía despegó el avión, fletado por el Comité Olímpico Español (COE), y aterrizó 14 horas más tarde en Los Ángeles, tras una escala técnica en Nueva York.Los trámites aduaneros, el desplazamiento hasta la villa olímpica y las acreditaciones no permitieron que ningún deportista se acostara antes de que anocheciera en California, pero que con el horario español correspondía a las primeras horas del día de ayer. En la expedición había niñas -auténticas criaturas que son las gimnastas- y deportistas que estarán a una centésima del fracaso o de una digna actuación, y sujetos a una crítica.
Pero en el deporte, tan contraproducente es la falta de aclimatación como los largos períodos de concentraciones (salvo que Maceda marque un gol en el último minuto para olvidar censuras anteriores). Y como una concentración cabe calificar el que los deportistas estén ya alojados en la villa olímpica al haber abandonado su régimen habitual de vida. Por eso, el COE optó por una solución intermedia: ni demasiado temprano ni demasiado tarde, y además brindó la oportunidad de que cada cual viajara cuando lo considerara oportuno. Así, los de baloncesto, piragüismo y vela optaron por adelantar su venida, en función también de que competían antes, y otros han preferido venir más tarde, como los atletas José Luis González, José Manuel Abascal, Domingo Ramón y Jordi Llopart, y el equipo de hípica.
Unos 200 españoles embarcaron el martes en Barajas. La representación total española es de 266 personas, de los que 199 son deportistas, gracias a la ausencia de los distintos países del Este. Esto transtornó todas las cuentas del Comité Olímpico Español, que tenía un presupuesto de 75 millones de pesetas para 170 deportistas participantes.
Ahora el presupuesto se eleva a 113 millones, gastado principalmente en viajes (60 millones), estancia en Los Ángeles (30 millones) y dietas (10 millones). El deporte más gravoso es el de hípica. Sólo el transporte de los caballos cuesta 10 millones de pesetas, más las dietas para un veterinario y cuatro mozos.
El veterinario es el alemán Peter Croneau, que también asiste al equipo de Alemania Occidental. Hoy llegarán a Los Ángeles los siete caballos españoles, junto con los alemanes, en avión desde Francfort. Los jinetes españoles llegarán el sábado.
El viaje a Los Ángeles, en cualquier caso, viene a representar un trastorno en la preparación de los deportistas no americanos. Porque si se opta por la aclimatación, se impone la concentración, y si ésta no se desea, no hay tiempo para adaptarse al nuevo horario de California.
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