ICI y América Latina, relación auténtica

Muchas veces la retórica se institucionaliza. El mundo internacional está lleno de esas estructuras, más bien burocráticas, que hacen de las grandes causas y de las más nobles intenciones pretextos para organigramas tan esplendorosos como vacíos y sin ninguna inserción concreta y eficaz en la realidad.Este recuerdo inicial de lo negativo que se puede encontrar en el campo de la cooperación multinacional es sumamente útil para subrayar a organizaciones que lo desmienten. Tal el caso del Instituto de Cooperación Iberoaméricana (ICI), que esquivando los caminos de una retórica ya fatigada sabe lo que quiere decir el trabajo útil y sustantivo.

Allí donde antes se había instalado el reino verbal de madre patria y jóvenes continentes; allí donde lo más notorio era una ambigua nostalgia imperial, tan anacrónica como inconducente, la España democrática, la España de hoy y de mañana, porque tiene lo mejor y más vigente de laEspaña de ayer, ha ubicado al Instituto de Cooperación Iberoamericana, cuya obra es a la vez visible y reconfortante.

La mesa redonda sobre Transición política española, que se lleva a cabo en estos momentos en nuestra capital y en la que participa, una delegación del más alto nivel representativo de la actualidad española, sólo ha sido posible gracias a los esfuerzos del ICI, a su denodado compromiso con lo que son ahora España e Iberoamérica.

No se trata, por supuesto, de pedagogía paternalista, y menos aún puede suponerse una pedante pretensión de exportación ideológica en este esfuerzo del Instituto de Cooperación Iberoamericana. Mucho más profunda y significativamente, estamos ante un ejemplo de convivencia cabal, en el que entre hermanos de causa y de sangre se aprovecha una oportunidad clave para intercambiar información sobre un tema esencial -la democracia- en ambos lados del océano.

El ICI, al preparar esta mesa redonda, ha insertado en nuestro tiempo, como actitud solidaria, un rico, complejo y múltiple bagaje de experiencias y ha entendido pertinente -lo que parece absolutamente lógico- que fueran protagonistas de ellas (militares, políticos, periodistas) los que las explicaran, analizándolas desde distintos y aun polémicos puntos de vista.

Alguien ha dicho que la mejor lección sobre democracia la da la democracia misma. En este caso, en su relación democrática con nuestra comunidad y eligiendo distintas voces para hablar de un mismo tema, el ICI hace democracia y sepulta definitivamente la retórica que tantos hispanistas practicaron en la más infecunda de las frivolidades.

Esta mesa redonda, sobre asunto que nos llega tan a lo hondo, marca la auténtica vía de cooperación que con la España democrática de hoy deberá recorrer el Uruguay democrático de mañana. En el esfuerzo común, comunes serán los logros y seguramente fructuosos. Aprovechemos, entonces, y como corresponde, este sintomático anticipo.