Anticatalanismo visceral
Paseando por las calles de Huelva he quedado desagradablemente sorprendido ante unas pintadas hechas en los escaparates de los almacenes Europrix.Por lo que puede deducirse de las mencionadas pintadas, los trabajadores de estos almacenes expresan su total disconformidad por la quiebra y cierre de la empresa.
Hasta aquí no hay nada que objetar, ya que los trabajadores tienen perfecto derecho a reclamar por todos los medios a su alcance que se respeten los puestos de trabajo, evitando quiebras fraudulentas.
En el caso que comento desconozco totalmente los motivos que han ocasionado el cierre de Europrix; por ello, no puedo manifestarme al respecto.
Lo que sí quiero remarcar es que bajo lo que entiendo que son unas justas reivindicaciones se esconda, quizá involuntariamente por parte de los trabajadores, una reprobable toma de posición contra Cataluña.
Parece deducirse que el propietario o los dueños de la empresa en cuestión eran catalanes. Pero es una reacción totalmente fuera de lugar el generalizar y cargarle el muerto de la actuación de uno o varios de sus miembros a todo el pueblo de Cataluña.
Haciendo una comparación sería como si por el hecho de haberme robado la cartera en un lugar de Andalucía anduviese yo diciendo que los andaluces son unos chorizos. Lo que en todo caso diría sería que un ladrón me ha quitado la cartera, ya que, además, me honro en tener muchos amigos y familiares andaluces y no puedo nunca achacarles actos reprobables.
Por desgracia está bastante generalizada esta actitud, por parte de ciertos sectores, de aprovechar la menor oportunidad para echar leña al fuego de la intolerancia y la desunión, que tan amargos frutos ha dado en épocas pasadas.
Quisiera que todos nosotros reflexionásemos un poco e intentásemos indagar los oscuros intereses que avivan el fuego del anticatalanismo y lo utilizan como cortina de humo para esconder tras ella los verdaderos y directos culpables de los males del pueblo andaluz.
En justicia, los seculares, graves y verdaderos problemas de Andalucía hemos de buscarlos en los libros de historia. Allí comprobaremos que la injusta estructura social heredada de la Reconquista y mantenida en pie hasta ahora es la responsable directa de los actuales problemas.
Si arrancamos la careta del anticatalanismo descubriremos debajo de ella cuál es el verdadero rostro de los tradicionales opresores de las clases populares andaluzas.
Estos opresores, no lo dudemos, son los únicos que pueden alegrarse al leer las pintadas de Europrix de Huelva, ya que con estos pareados de mal gusto se confunde una vez más a la opinión pública y les permite continuar solapadamente su -ésta sí tradicional e insolidaria- actuación.-
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