Cinco ministros europeos de Defensa suscribieron en Madrid el acuerdo previo para fabricar en 1995 un avión de combate
Los ministros de Defensa de cinco países europeos suscribieron ayer en Madrid una resolución en la que manifiestan "la necesidad de desarrollar y producir conjuntamente para 1995 un nuevo avión de combate europeo". El acuerdo lo suscribieron Manfred Wörner, de la República Federal de Alemania; Michael Heseltine, Reino Unido; Giovanni Spadolini, Italia; Charles Hernu, Francia; y Narcís Serra, España. En principio, se esperaba que la decisión definitiva sobre la puesta en marcha del proyecto fuera adoptada ayer, pero los ministros han preferido aplazarla hasta una reunión que celebrarán en marzo de 1985 en Roma, a la espera de aclarar la viabilidad industrial del proyecto y las partes del avión que fabricará cada país.
Los cinco ministros aprobaron ayer los estudios técnicos previos elaborados por los directores generales de armamento de los citados países y por los estados mayores de los correspondientes ejércitos del Aire. La reunión de trabajo de los ministros y sus delegaciones se inició en el palacio de Buenavista, sede del Cuartel General del Ejército, a las 11.00 horas y concluyó tras un almuerzo en el mismo lugar. En una posterior conferencia de prensa conjunta, el titular español de Defensa declaró que los ministros están "muy satisfechos" por la labor desarrollada por los expertos en estos meses anteriores, por lo que habían decidido "dar luz verde al estudio de viabilidad del EFA (European Fig liter Aircraft) o ACE (Avión de Combate Europeo)". En la reunión conjunta de trabajo, los titulares europeos de Defensa estuvieron acompañados de sus directores generales de armamento y material y de altos mandos de los ejércitos del Aire. En el caso español, Narcís Serra estuvo acompañado también del secretario de Estado de Defensa, Eduardo Serra, y, por parte del Ejército del Aire, asistió el propio jefe del Estado Mayor, teniente general José Santos Peralba.
Durante la conferencia de prensa, en la que sólo intervinieron el ministro español y, en una ocasión, el británico, Serra también dijo que, a partir de ahora, y durante los seis meses próximos, las industrias especializadas de los cinco países realizarán los correspondientes estudios de viabilidad técnica, a la vez que los directores generales de armamento y material elaborarán informes sobre esa viabilidad. Los resultados de los grupos de trabajo serán analizados en una nueva reunión de los cinco ministros de Defensa en Roma, en marzo de 1985. En la reunión en Italia, los ministros analizarán los costes y los progra mas de financiación del proyecto.
Narcís Serra negó que la decisión de España sobre su permanencia en la OTAN pudiera influir en la participación de nuestro país en el programa EFA-ACE. "No veo que la decisión sobre la OTAN tenga ninguna incidencia en el programa". "Lo que sí afecta", precisó, "es la firme decisión española en colaborar con todos los países democráticos europeos en un objetivo común: Avanzar de forma unida en la tecnología y coproducción de armamento, para mantenernos en primera línea".
Acuerdo franco-británico
Uno de los principales objetivos de EFA-ACE, como han insistido últimamente los departamentos europeos de Defensa, consiste en lograr que Europa disminuya su excesiva dependencia respecto a EE UU en el área de la tecnología militar. En este sentido, Serra señaló que en España no se ha recibido reacción alguna por parte de EE UU en relación con el EFA-ACE. "Es evidente que Europa tiene el derecho y la obligación de hacer máximos esfuerzos para estar en la primera línea de tecnología".
En la única ocasión en que intervino el ministro británico, Michael Heseltine, aseguró que el motor que se fabrique para el futuro avión "será un avión nuevo, no derivado del Tornado", si bien el programa EFA-ACE servirá también para la remotorización (puesta a punto de los motores) de los Tornado existentes en Europa (Reino Unido, Alemania e Italia). De esta declaración se desprende que los británicos y los franceses han superado la principal discrepancia que mantenían, ya que Francia prefería desarrollar un motor nuevo y Reino Unido defendía el desarrollo de un motor que pudiera ser aplicado a los actuales Tornado.
Con anterioridad a la reunión de Madrid, los ministros de Defensa de Francia y Gran Bretaña se reunieron en Londres para solucionar sus diferencias, pero hasta ayer no se conocía el resultado de la entrevista, que, según los observadores, beneficia a Francia. El radar y los sistemas de vuelo también serán nuevos, según dijo Serra. Hasta la reunión de ayer, en los distintos departamentos europeos de Defensa se había comentado que el número de aviones EFA-ACE a construir serían 800. Al término de la reunión de ayer, sin embargo, y de forma oficiosa, el director general de Armamento y Material español, general José de Andrés Jiménez, comentó que la cifra de aparatos se elevará a cerca de 1.000.
4,3 bifiones de pesetas
Dado que, según el secretario de Estado de Defensa español, Eduardo Serra, el precio por unidad oscilará entre los 25 y los 30 millones de dólares (entre 4.000 y 4.800 millones de pesetas), se estima que el presupuesto global del proyecto alcanzará los 4,3 billones de pesetas.
La aportación de cada país estará, lógicamente, en relación directa con el número de aparatos que se adquieran. Aunque no existen decisiones definitivas al respecto, en medios oficiosos se afirma que España tendrá una participación del 10% del presupuesto, la de Italia oscilará entre el 15% y el 19% y las de Francia, Reino Unido y Alemania estará entre el 23% y el 26%.
En los estudios realizados hasta el momento entre los técnicos militares de los cinco países han intervenido directamente por parte española el jefe de la División de Planes del Ejército del Aire, general Jorge Mora, y el teniente coronel Eduardo González Gallarza, miembro de esa división.
Tras el almuerzo en el Cuartel General del Ejército de Tierra, los cinco ministros de Defensa fueron recibidos en el palacio de Moncloa por el presidente del Gobierno, Felipe González. A última hora de la tarde, los ministros extranjeros abandonaron España por vía aérea.
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