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Revés hondureño a la política de EE UU en América Central

El Gobierno de Honduras ha dado un importante giro a su política exterior al anunciar el jueves su propósito de revisar el tratado de cooperación militar con Estados Unidos e impedir que grupos armados nicaragüenses operen desde su territorio. Ambas decisiones fueron adoptadas en una reunión plenaria del Consejo de Seguridad, en el que están integrados el presidente, Roberto Suazo, y todos los comandantes militares.El canciller Paz Barnica manifestó que si hay extranjeros que violan las leyes en perjuicio de cualquier otro país serán sancionados. Añadió que el Gobierno hondureño "jamás se prestará para ser trampolín de una agresión contra nadie, ya que orienta su política exterior hacia la paz".

En torno al tratado de cooperación militar con EE UU, que data de 1954, con varios anexos posteriores, el ministro declaró que se proponen revisar detenidamente ese protocolo, con el objeto de "fortalecer nuestra capacidad de negociación y la seguridad nacional, sin menoscabo para la dignidad de Honduras".

Las fuerzas armadas han nombrado ya una comisión encargada de analizar los aspectos técnicos del tratado, aunque será el Gobierno quien tome la última decisión, según manifestó el comandante en jefe, general Walter López Reyes. El ambajador norteamericano, John Negroponte, ha subrayado la buena disposición de Washington para negociarlas.

Las autoridades de Tegucigalpa pretenden conseguir un mayor control sobre las tropas norteamericanas estacionadas en el país y, sobre todo, una mayor compensación económica por su estrecha alianza militar con EE UU. En su ánimo está lograr la concesión de preferencias aduaneras para sus productos de exportación y un apoyo explícito ante el Fondo Monetario Internacional y los bancos privados para renegociar en condiciones soportables una deuda exterior de 2.000 millones de dólares.

La llave de Centroamérica

El solo hecho de que este pequeño país, al que se considera la llave geopolítica de Centroamérica por sus fronteras con Nicaragua, El Salvador y Guatemala, haya planteado una revisión del tratado militar supone un brusco cambio en la política ejecutada mientras el general Gustavo Álvarez estuvo al mando del ejército. Desde su relevo forzoso, el pasado 31 de marzo, se han registrado pequeñas pero progresivas correcciones.El Gobierno de Nicaragua ha acusado repetidamente a su vecino del norte de haberse convertido en un santuario de los grupos contrarrevolucionarios, especialmente de la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), vinculada a los ex guardias somocistas. Honduras ha sorprendido en las últimas semanas con varios gestos de deshielo, como la reposición de su embajador en Managua.

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