Honduras cambia de actitud frente a la guerrilla antisandinista
"¿Qué voy a hacer aquí con 12.000 guerrilleros? Representan una seria preocupación, y no sólo para las Fuerzas Armadas, sino para todo el pueblo de Honduras". Esta frase, pronunciada por el general de brigada Walter López Reyes, constituye la primera reacción oficial de Honduras al anuncio de que el Senado de Estados Unidos ha decidido bloquear un nuevo tramo de 21 millones de dólares de ayuda a los rebeldes antisandinistas.La reacción se produjo pocas horas después de que la Prensa nortamericana informara con gran despliegue que Honduras había dado un ultimátum, que expiraba ayer, a la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), principal organización antisandinista que opera desde ese país, para que traslade fuera de Honduras su centro de operaciones.
La noticia fue publicada por el Boston Globe, y fuentes del FDN confirmaron en Washington que un hospital de campaña perteneciente a dicha organización que se encontraba en Honduras fue trasladado la semana pasada a territorio nicaragüense. En la capital hondureña, donde analistas políticos independientes estiman que el Gobierno, principal aliado de la CIA en la región, trata de utilizar el tema de la guerrilla para conseguir que Washington incremente su ayuda al país, el general López Reyes se negó a confirmar o desmentir los rumores de que sus tropas inspeccionarían campamentos guerrilleros para ver si se cumplía el supuesto ultimátum. El mismo jefe militar tampoco quiso confirmar que el Gobierno hondureño reconúende a los guerrilleros que busquen ayuda en Israel o en países conservadores latinoamericanos, en el caso de que Washington les corte los suministros.
Otras fuentes hondureñas han afirmado, en cambio, que preferirían que los contras trasladaran a Nicaragua todo su operativo. "No esta bien que nos utilicen como un hotel", dijo un alto funcionario.
