Consejos para evitar el fraude

El Ayuntamiento de Madrid hará un llamamiento a los trabajadores de establecimientos de venta de bebidas alcohólicas al público, probablemente a través de las centrales sindicales, para que se nieguen a la práctica del relleno de botellas y la denuncien. Asimismo, recomienda al usuario una serie de medidas precautorias y le invita a que comunique a la Oficina Municipal del Consumidor los casos sospechosos.

El usuario debe exigir que se sirva la copa con el envase a la vista, comprobar que la etiqueta o la botella no tienen muestras de estar muy usadas, fijarse en que el líquido sale a borbotones de la botella y no por un chorrito central. Se recomienda desconfiar de cualquier local en el que haya más de dos o tres botellas de la misma marca abiertas y de cualquier establecimiento que sirva con botellas dotadas con dispositivos de dosificación de la medida de la copa.

El garrafón se utiliza principalmente en locales de consumo masivo, especialmente en discotecas. En las barras americanas el relleno se hace fundamentalmente con licores de marcas de baja calidad. No obstante, "tampoco son ajenos a esta práctica bares y cafeterías", según la información municipal.

Entre los métodos de rellenado hay uno imposible de reconocer salvo por análisis del contenido en laboratorio. Consiste en aplicar a la boca de la botella una especie de pera de irrigación, que crea vacío y abre el tapón irrellenable.

Un sistema tosco es el de romper el tapón irrellenable. Otro, más fino, perforar con una aguja hipodérmica caliente en el tapón irrellenable, que origina un agujero, central por el que se introduce el alcohol. El rellenado puede realizarse asimismo con una sección de cámara de bicicleta, empalmados los extremos, respectivamente, a botella y garrafón. Se usa también como rellenador una botella de un conocido refresco, acoplada por la boca a la botella irrellenable, y agitando ambas.