Una nueva edición del 'Ulises' de Joyce corrige cerca de 5.000 errores existentes en las ediciones anteriores
El profesor Hugh Kenner considera que la novela es ahora un libro nuevo
Un equipo internacional de intelectuales acaba de presentar una edición en tres volúmenes del Ulises de James Joyce, que corrige cerca de 5.000 omisiones, transposiciones y otros errores incluidos en ediciones anteriores de la novela considerada más importante del siglo XX. Los estudiosos aseguran que esta nueva edición, subtitulada Una edición crítica y sinóptica, arrojará nueva luz no solamente sobre pasajes determinados, sino también sobre la interpretación de episodios completos y personajes. Dicen también que la nueva edición iniciará una nueva serie de estudios de la que ya es la novela más analizada de todos los tiempos.
La nueva edición corrige una media de siete errores por página impresa del Ulises -errores que comprenden puntuación, palabras omitidas, oraciones e incluso frases completas- . El propio Joyce se sintió molesto por tales errores, pero solamente pudo corregir unos cuantos antes de dedicar su atención a otros libros.Los errores se produjeron debido a que Joyce escribió el original con una letra estirada y a menudo ilegible, porque añadió otras 100.000 palabras a las pruebas de imprenta y porque los 26 impresores franceses que compusieron el libro a mano desconocían el inglés. Además, trabajaron sobre un original mecanografiado a una sola línea y en un papel muy malo.
Los expertos en Joyce dicen que es muy probable que muy pocos de los lectores que se atrevieron con las dificultades de la novela desde su primera publicación en 1922, se dieran cuenta de que el Ulises ha sido una de las grandes obras literarias más cargadas de errores.
Refiriéndose a la nueva edición, Richard Ellmann, profesor de Literatura Inglesa del colegio Goldsmith de la Universidad de Oxford, y autor de la biografía más completa de Joyce, declaró: "Es un trabajo de estudio absolutamente magnífico".
Circunstancias excepcionales
La novela, prohibida en Estados Unidos hasta 1933 por obscena, se publicó por primera vez en París en 1922 por Shakespeare and Company, una librería propiedad de la mecenas literaria Sylvia Beach. La señorita Beach se ofreció a publicar 1.000 ejemplares, pidiendo a los suscriptores que pagaran la publicación por adelantado. La tipografía de la edición se preparó en Dijón, a 240 kilómetros de París, y el libro salió de imprenta el 2 de febrero, en el 40º cumpleaños de Joyce. Todos los ejemplares del libro llevaban una nota con la siguiente declaración: "El editor ruega a los lectores disculpen los errores tipográficos, inevitables en unas circunstancias tan excepcionales".La nueva edición, publicada en tres volúmenes por Garland Publishing, de Nueva York, especializada en reimpresiones fotográficas de libros y manuscritos antiguos, se presentará al público el 16 de junio, el día conocido por todos los amantes de Joyce del mundo como el día de Bloom, es decir, el día de 1904 en que Joyce envió a sus personajes, Stephen Dedalus y Leopold Bloom, a deambular por las calles de Dublín en unos paseos deliberadamente paralelos a la Odisea de Homero.
Los estudiosos sabían desde hacía tiempo que el Ulises estaba plagado de errores. Pero las distintas revisiones estaban distribuidas por tantas bibliotecas y colecciones privadas que hacían imposible para un solo estudioso el llevar a cabo las comparaciones necesarias. Sin embargo, entre 1978 y 1980, Garland publicó el Archivo James Joyce -63 volúmenes de notas, manuscritos, pruebas mecanográficas, tipografias y correcciones inéditos.
La recopilación comprendida en los 63 volúmenes del proyecto Joyce hizó-posible a un equipo de estudiosos intelectuales, bajo la dirección de Hans Walter Gabler, de la Universidad de Múnich, hacer las comparaciones. Gabler, que hizo un estudio posdoctoral sobre edición bibliográfica en la Universidad de Virginia, había sido el editor adjunto del Archivo James Joyce, además del editor principal de los 16 volúmenes del proyecto Ulises.
Corrección por ordenador
Al equipo alemán, dirigido por un comité de tres consejeros académicos nombrado por la Fundación James Joyce, le llevó siete años completar la nueva edición -el mismo tiempo que le llevó a Joyce escribir su manuscrito de 320.000 palabras.En el proyecto de Múnich se utilizaron ordenadores, que compararon las pruebas tipográficas originales con las numerosas pruebas tipográficas en las que Joyce garabateó correcciones.
"El ordenador llevaba el control de lo que estábamos haciendo. Al mismo tiempo unificaba el texto, siguiendo las claves que le dábamos", dijo Gabler. "Cuando por fin tuvimos un texto continuo de una cinta de ordenador, con todas las claves incluidas, el texto se imprimió electrónicamente con paginación automática, lo cual no solamente permite dividir las páginas según su longitud, sino que también hace posible introducir las notas al pie de página y conservar el rastro de las referencias".
Los tres volúmenes de la edición Garland, tienen un total de 1.919 páginas.
Esta corrección supone la restauración de cinco líneas de diálogo al principio de la novela, unas líneas que clarifican una escena posterior en la que Stephen Dedalus ve el espíritu de su madre y dice: "dime la palabra madre si ya la sabes, la palabra sabida por los hombres".
La respuesta que busca está en esas cinco líneas anteriores que fueron omitidas por un tipógrafo anónimo: "¿sabes lo que estás diciendo?, cariño, sí. La palabra sabida por todos los hombres. Amor vero aliquid alicui bonum vult unde et ea quae concupiscimus...".
Hugh Kenner, profesor de Literatura Inglesa de la Johns Hopkins University y una autoridad en Joyce, reconoce que la inclusión de las cinco líneas es de suma importancia: "Para mí es como si se tratara de un libro nuevo", dijo comentando éste y otros cambios, "porque aclara y confirma muchos otros aspectos".
El Ulises está considerado como una obra maestra de la literatura debido en parte a las experimentaciones de Joyce con estilos y técnicas literarias, incluyendo la falta de puntuación de pasajes de más de 40 páginas. Pero tal experimentación sufrió en el momento de transcribirla con exactitud. Por ejemplo, en un largo pasaje sin puntuación del episodio titulado Eumaeus se añadieron cientos de comas, que el autor nunca tuvo la intención de poner, por uno de los muchos voluntarios que transcribieron a máquina la enmarañada escritura de James Joyce.
Babelia
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