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Uruguay vive los más duros enfrentamientos de los 11 últimos años con el régimen militar

Los más violentos incidentes en 11 años de régimen militar en Uruguay se registraron ayer en la principal avenida de Montevideo entre policías y militantes de la oposición. Un número indeterminado de heridos y detenidos era a última hora de ayer el saldo de los enfrentamientos que se registraron después de que el Gobierno prohibiese una manifestación por los partidos de la oposición al régimen que preside el general Gregorio Alvarez.

Miles de ciudadanos desafiaron la prohibición policial y durante varias horas las fuerzas antidisturbios cargaron contra los manifestantes que intentaron concentrarse ante el Obelisco de los Constituyentes.La policía uruguaya había anunciado el viernes pasado que no toleraría una nueva jornada de protesta, pero a pesar de la prohibición, largas columnas de manifestantes comenzaron a dirigirse hacia el obelisco, donde desde las primeras horas de la mañana de ayer comenzó apercibirse una concentración de policías sin precedentes.

Los controles de seguridad por parte de la policía en la zona, que no impedían la circulación del tránsito rodado, pero sí hacían imposible que el público se concentrase, dificultaron en un principio que el acto de protesta -convocado para reclamar la libertad de prensa, la defensa de los derechos individuales, la amnistía para los presos políticos y el cese de las limitaciones a las libertades políticas y de opinión- se pudiese celebrar.

Controles de seguridad

La convocatoria de la manifestación fue formulada por partidos políticos y organizaciones sindicales, que anteriormente habían conseguido una masiva participación en sus concentraciones de protesta pacífica. Los incidentes comenzaron a unos 100 metros del obelisco, cuando grupos de jóvenes con banderas y pancartas que difundían eslóganes de la oposición intentaron desfilar por la avenida principal de la capital.Los despliegues de vehículos con policías armados mantuvo abierta al tránsito la principal avenida de Montevideo, pero los manifestantes se hicieron fuertes en las aceras y marcharon silenciosamente hacia la sede de la universidad, que se encuentra a un kilómetro y medio del lugar.

Mientras los manifestantes lanzaban gritos contra el régimen militar, desde los edificios se oía el ruido de las cacerolas en un concierto matinal poco habitual. Los militantes de la oposición se mezclaron entre el público y surgió un casi unánime coro de estribillos contra el régimen de Gregorio Álvarez.

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Los más exaltados comenzaron a lanzar piedras contra los grupos policiales, dé forma que la policía aumentó la represión.

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