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Los impuestos en los municipios

Mayores recargos para los pueblos más pobres

Los mayores recargos que se registran en Andalucía aparecen en los pueblos más abandonados por la fortuna. Son en casi todos los casos pueblos que tienen un alcalde más a la izquierda del PSOE, a veces más a la izquierda del PCE. Badolatosa, por ejemplo, de dominio comunista, tiene un 15%. Paterna de la Rivera, con un alcalde independiente de procedencia de la izquierda extraparlamentaria, tiene un 10%.La explicación es sencilla: se trata de pueblos donde la gran mayoría no alcanza los niveles de ingresos necesarios para hacer la declaración. El recargo, pues, sólo recae sobre las clases más o menos acomodadas. La gran mayoría tiene su máxima preocupación en alcanzar el límite de 60 peonadas agrícolas al año que les permita mantenerse de un año a otro dentro del sistema asistencial elaborado por el Gobierno para sustituir el empleo comunitario y garantizar la supervivencia de quienes se acogen a él. Son jornaleros que obtienen sus escasos ingresos en ciclos migratorios, que les llevan a veces a la vendimia a Francia, o al espárrago a la Rioja, o a cualquier otro sitio donde haya cosecha.

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El caso de Marinaleda es quizá el más curioso. Su alcalde pertenece a la CUT, formación electoral bajo la que acuden a las municipales los jornaleros del Sindicato de Obreros del Campo (SOC). Se estudió la posibilidad de imponer un recargo del 20%, y de hecho así ha aparecido publicado en los periódicos de Andalucía y en impresos oficiales del propio Ministerio de Hacienda, hasta el punto de que Sánchez Gordillo ha hecho colocar un bando precisando que es sólo el 5%. A cambio de eso, se ha aumentado espectacularmente, en un 400%, la contribución rústica: "Pensamos que con un 20% de recargo en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) perjudicaríamos al que tiene un pequeño comercio, un bar o así, pero que no es rico, así que hemos preferido cargar la mano en los propietarios de las tierras. Primero, porque nosotros rechazamos por principio la propiedad de la tierra, que vemos como un bien común. Y segundo, porque son los únicos que pueden pagar".

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