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Andaluz universal

Viajero empedernido por países mediterráneos, explorador de viejas y olvidadas culturas, soñador de aventuras insospechadas y conquistador frustrado de desiertos africanos y rutas asiáticas que le llevaran a la ancestral China de Marco Polo, cuando Gerald Brenan llegó a España en 1919 sólo tenía una idea fija en la cabeza: encontrar un sitio tranquilo y lo suficientemente alejado del mundanal ruido donde le fuera posible educarse por sus propios medios y llegar a ser poeta autodidacta.Tenía entonces 25 años, acababa de abandonar la carrera militar con el grado de capitán y había pasado por mil y una aventuras, decenas de países y, alguna que otra experiencia amarga.

Pero él quería ser poeta y vino a España, según sus palabras, huyendo de "la hipocresía de la sociedad victoriana, la sofocante vida y la rutina profesional de la Inglaterra de la época" y en busca de su propia y personal universidad. Una universidad que no tardaría en descubrir en Andalucía, primero en la comarca granadina de la Alpujarra y más tarde en la provincia de Málaga, lugares ambos donde actualmente posee sus únicas propiedades inmobiliarias de este mundo: su casa alpujarreña de Mesina-Fondales y la familiar de la cañada de las Palomas, en Alhaurín el Grande, cerca de la Costa del Sol, en la que el anciano escritor cumplió 90 años el pasado 7 de abril.

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Iniciativas oficiales para que Gerald Brenan regrese a Andalucía

Lo cierto es que Brenan vino a Andalucía buscándose a sí mismo y se encontró con un país que pronto lo rebautizaría con el nombre de Don Gerardo, que él no tardaría en adoptar como propio. Un país donde escribió sus libros más universales (El laberinto español, La historia de la literatura española, Memoria personal, San Juan de la Cruz y, sobre todos, el citado Al sur de Granada) y que no ha regateado esfuerzos en demostrar en los últimos años su cariño hacia el escritor. Una tierra que captó su atención desde el primer momento en que Brenan cruzó Despeñaperros por primera vez, porque "el campo andaluz es completamente diferente al del resto de los países mediterráneos que yo conocía".

Lo triste es que haya gente que parezca empeñada en que la muerte sorprenda a este andaluz universal lejos de su tierra.

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