Los comicios de noviembre son, para Managua, una manera de "neutralizar la agenda de la agresión americana"
"La decisión de adelantar las elecciones a noviembre de 1984 se adoptó", explica el comandante Bayardo Arce, responsable político del Frente Sandinista, "como una forma de neutralizar la agenda de la agresión norteamericana. Ellos han hablado de nuestras relaciones con los países comunistas de nuestra militarización, del apoyo a la guerrilla salvadoreña y de la falta de democracia como causas para atacar a la revolución. A las tres primeras hemos contestado bilateralmente y en el marco de Contadora, señalando nuestra disposición para llegar a acuerdos verificables. El único elemento que les quedaba era el de las elecciones".La convocatoria electoral no ha bastado, sin embargo, para disminuir la presión militar. Más bien la ha recrudecido.
Para el Gobierno de Managua esto es una prueba más de que Estados Unidos rechaza cualquier arreglo y ha optado por la confrontación armada. "Si quisieran negociar, ya estarían en la mesa", añade Bayardo Arce. Convencidos de que les espera una larga guerra, los nueve comandantes han decidido militarizar la economía del país.
Frente a esta dinámica, la oposición de centro-derecha opina que aún hay margen para un gran diálogo nacional, que debería incluir a los alzados en armas. En este sentido, hicieron público el 24 de diciembre un documento que no ha recibido contestación. La Iglesia sumó su voz a este planteamiento con una pastoral que el 1 de mayo mereció una indignada respuesta del comandante Wheelock, que comparó esta propuesta con la que pudiera hacerse a la Iglesia para que dialogue con el diablo.
¿Por qué algo que se considera válido para El Salvador no lo es para Nicaragua? El comandante Arce loha explicado así a este enviado especial: "La guerra de El Salvador nace como consecuencia de los problemas políticos, económicos y sociales del país, y se traduce en una lucha que se está dando en el escenario salvadoreño. El proceso militar que sufre Nicaragua se engendra en el exterior por decisión del Gobierno norteamericano, se desarrolla en el exterior y se materializa incluso desde el exterior".
"Otra cosa es", agrega, "que los obispos fueran categóricos al ubicar a los responsables de este guerra, que dijeran que es producto de una decisión del Gobierno norteamericano y que sobre esa base hicieran un llamamiento al diálogo.
La oposición y EE UU
La oposición derechista admite en líneas generales que Washington está impulsando la guerra, pero en sus documentos públicos prefiere habitualmente eludir este tema para referirse a una confrontacióden la que cabe una gran responsabilidad a los sandinistas por haber cerrado los espacios políticós.
"El apoyo de Estados Unidos, a la guerra es real, y nosotros lo hemos censurado", dice Adán Fletes, dirigente del Partido Social Cristiano (PSC). "Pero también el Frente Sandinista está impulsando un proyecto militar al rechazar un entendimiento con la oposición".
Miriam Argüello, vicepresidenta del Partido Conservador Demócrata (PCD), entiende que son los sandinistas los que han empujado a algunas gentes a abandonar el país y a tomar las armas por su propósito de establecer una dictadura marxista. "Si los nicaragüenses se decidieron a morir luchando contra Somoza fue para poder elegir libremente a los gobernantes, no para poner a un partido en el poder para siempre".
La dirección sandinista rechaza de plano ésta acusación, y como prueba de ello expone su propia ley electoral. "Es el mejor ejemplo de que hemos optado por un sistema de partidos frente a un sistema de partido único", dice Bayardo Arce. "Si hubiéramos elegido una fórmula como la norteamericana, que con cede todos los votos de una circunscripción al candidato ganador, hubiéramos acabado con todos, porque el frente es mayoritario en todos los departamentos; pero elegimos un mecanismo proporcional para que hasta los partidos más pequeños tengan representación en la asamblea".
Virgilio Godoy, presidente del Partido Liberal Independiente (PLI) y ministro de Trabajo del actual Gobierno hasta hace dos meses ("durante 4 años, 8 meses y 11 días", según las cuentas llevadas por él mismo), considera que el debateen los obispos y la dirección sandinista sobre la conveniencia de un diálogo con los alzados en armas se ha planteado en términos maniqueos.
Dice que "el documento de los obispos se presta a interpretacíones equivocadas", porque desconoce que "Estados Unidos alimenta a los grupos contrarrevolucionarios"; pero añade que "es poco coherente la negativa a ultranza a ese diálogo por parte de los sandinistas cuando, por otra parte, se hacen propuestas a Washington en el mismo sentido".
Sin entrar en la polémica, Godoy sostiene la necesidad "del más amplio diálogo nacional e internacional" para solucionar lo que él denomina "guerra civil embrioriaria"
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