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Paul Volcker admite la necesidad de un acuerdo global que limite la subida de los tipos de interés en Estados Unidos

Paul Volcker, presidente de la Reserva Federal, banco central estadounidense, reconoció el pasado fin de semana la conveniencia de estudiar la propuesta realizada por varios países latinoamericanos para limitar el impacto que los incrementos de los tipos de interés norteamericanos producen sobre el elevado endeudamiento de los países del Tercer Mundo. La declaración del polémico presidente del banco de bancos de EE UU ha avivado las esperanzas de poner en práctica en estos países, en un futuro próximo, las iniciativas de las instituciones regionales de cooperación. El objetivo de estas sería aliviar los problemas derivados del pago de una deuda exterior en el Tercer Mundo que superará los 700.000 millones de dólares a finales de año.

En una intervención ante el Business Council, en Hot Springs (Virginia), Volcker ha aceptado como "digna de estudio" la propuesta de algunos países deudores para que se llegue a algún tipo de acuerdo global que limite las recientes subidas de los tipos de interés en Estados Unidos. Volcker no entró en detalles sobre el acuerdo que podría alcanzarse, pero advirtió que "una de las cosas interesantes a examinar es cómo responder a la alza continua de las tasas de interés, que constituye una de las amenazas más importantes para la estabilidad financiera" de estos países y de las naciones acreedoras.El incremento de los tipos de interés activos en Estados Unidos, que han pasado de un 11% a principios de año a un 12,5% en la actualidad, en lo que respecta al preferencial (prime rate), ha supuesto un encarecimiento de los servicios de deuda de los países deudores del orden de los 15.000 millones de dólares para 1984. Solamente el medio punto decidido la semana pasada supondrá para el continente latinoamericano un pago adicional de unos 2.000 millones de dólares, cantidad suficiente para poner en entredicho la posibilidad de que las conversaciones en curso de algunos países del área, como Argentina, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) puedan llegar a un buen fin en el plazo previsto.

El presidente argentino, Raúl Alfonsín, advirtió la semana pasada que su país se verá en serias dificultades para acondicionar los planes de austeridad previstos en su economía a las nuevas exigencias que supone el incremento del prime rate en Estados Unidos.

Dificultades de Argentina

Alfonsín señaló que el incremento previsto en los pagos de su servicio de deuda, sólo por el punto adicional en el preferencial decidido en el último mes, será de 600 millones de dólares. Funcionarios argentinos han añadido que el acuerdo que Argentina negocia estos días con el FMI puede experimentar nuevas dificultades como consecuencia de las recientes subidas en los tipos de interés.

La imposición de un límite en los incrementos de los tipos de interés en Estados Unidos, sólo en lo que respecta a los servicios de deuda de las naciones deudoras, ha sido una idea relanzada por una reunión de expertos que, sobre el tema genérico del comercio en las naciones en desarrollo, ha tenido lugar la semana pasada en Washington.

Los expertos, en definitiva, no han hecho más que recoger anteriores propuestas encaminadas al mismo fin y que han recibido el inesperado apoyo, la semana pasada, de Martin Feldstein, el dimisionario presidente del consejo de asesores económicos del presidente Reagan. Martín Feldstein, que junto a Volcker constituye el grupo opositor dentro de la Administración Reagan a la política económica que defiende el secretario del Tesoro, Donald Regan, ha señalado que "ha llegado el momento de sustituir una política de gestión de la crisis de pagos en América Latina por otra de promoción de la actividad económica".

A esta nueva alternativa se ha unido, de alguna manera, la reciente conferencia celebrada en Nueva York entre altos representantes de los bancos centrales de las naciones industriales y en desarrollo.

Como sucede siempre en este tipo de reuniones que buscan soluciones a medio plazo, las conclusiones no han sido definitivas, pero han considerado, por vez primera, la posibilidad, de que los bancos acreedores consideren como una eventualidad algunos escenarios de pago de la elevada deuda que, necesariamente, pasan por la minusvaloración de los activos que tienen en los países deudores.

El problema se deriva, en cualquier caso, de la instrumentalización de los escenarios, presentados simbólicamente como "remedios imaginativos". Para los expertos, todos estos escenarios pasan por la reducción de los tipos de interés o, en su defecto, por la conclusión de un acuerdo entre naciones deudoras e instituciones acreedoras que, en un período más o menos largo, limite el incremento de los tipos de interés a unos porcentajes previamente establecidos.

La gran dificultad para alcanzar este tipo de soluciones, sin embargo, continúa centrándose en la política económica de la Administración Reagan. Con un multimillonario déficit fiscal, difícil de financiar con los recursos disponibles, la eventualidad de limitar los tipos de interés parece poco posible, según consideran algunos expertos.

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