Un muerto, 10 heridos y 100 detenciones en la novena jornada de protesta nacional en Chile

Un joven de 18 años, Miguel Ángel González Bravo, murió a primera hora de la mañana te ayer a consecuencia de un balazo en el cráneo, recibido en el curso de los enfrentamientos entre manifestantes y policía en Santiago durante la novena jornada de protesta contra el régimen del general Augusto Pinochet, celebrada el pasado viernes en la capital y otras, ciudades chilenas. Los incidentes causaron también no menos de 10 heridos y 110 detenciones.Informes recibidos desde los barrios obreros de Santiago señalan que más de 10 manifestantes resultaron heridos de bala, entre ellos Miguel Ángel González, alcanzado por un disparo en la población (barrio) de La Florida. Decenas de personas más fueron golpeadas por la policía, entre ellos el párroco de la población de La Victoria, Pierre Dubois, cuando intentaba proteger a algunos manifestantes de la brutalidad policial, informa, desde Santiago Alejandro del Río.

Los incidentes comenzaron después de las ocho de la noche (una de la madrugada, hora peninsular española), cuando desde los hogares se escuchaba el rítmico sonido de las cacerolas, característico de las nueve jornadas de protesta organizadas por la oposición, en demanda de un pronto retorno a la democracia en Chile. En numero sas poblaciones, grupos de opositores salieron a la calle a efectuar marchas y montar barricadas de neumáticos encendidos para evitar la entrada de la policía.

El Gobierno no decretó en esta ocasión el toque de queda pese a lo cual desde las ocho de la noche la actividad en las calles céntricas de Santiago era mínima y el transporte colectivo casi desapareció de la ciudad, lo que hizo que comercios y cines cerraran anticipadamente sus puertas.

La protesta fue la novena de una serie que se inició hace justo un año, y que arroja hasta ahora un saldo de casi 70 muertos, la mayoría de ellos a consecuencia de balas disparadas por la policía o las fuerzas civiles de seguridad.

Durante el día, más de 15 mítines relámpago se habían realizado en el centro de Santiago, organizados por estudiantes, profesores, periodistas, parados y otros grupos de opositores, en petición del final del régimen militar. Los grupos se juntaban en esquinas céntricas a corear el estribillo:"¡Y va a caer, y va a caer!", dispersándose antes de que llegara la policía.

Por la tarde, centenares de estudiantes universitarios, tanto en Santiago como en Valparaíso, intentaron realizar marchas alrededor de sus centros de estudio, lo que fue impedido por la policía. Se generaron violentos enfrentamientos, con heridos y detenidos.