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Reportaje:Noruega, el flanco norte de la OTAN en Europa / 1

Una política defensiva marcada por la 'baja tension' frente a la Unión Soviética

Noruega -país al que hoy comienza una visita de tres días el ministro español de Defensa, Narcís Serra- ocupa una de las regiones de Europa donde más claramente se enfrentan los intereses del Este y del Oeste, tanto en el campo militar como en el económico. Las características de este país escandinavo miembro de la OTAN (apenas cuatro millones de habitantes para una superficie de 324.000 kilómetros cuadrados, que no incluye a las deshabitadas islas Svalbard) le han hecho optar por una política defensiva destinada a hacer comprender a la URSS que no cabe esperar amenaza desde Noruega y a dejar bien claro que cualquier agresión será debidamente contestada por la OTAN.

RICARDO MZ. DE RITUERTO ENVIADO ESPECIAL La importancia estratégica de Noruega en el marco de las relaciones Este-Oeste queda perfectamente expuesta con apenas unos rasgos. Constituye un tercio -el septentrional- del flanco europeo de la Alianza Atlántica. Tiene frontera con la URSS, circunstancia que sólo comparte con Turquía en el seno de la OTAN. Esta zona fronteriza limita con la península de Kola, donde se encuentra la base naval soviética de Murmansk, la más grande del mundo, y la flota soviética ha de pasar por el extremo norte noruego para salir a mar abierto.

Las aguas noruegas, en fin, cubren una densa zona petrolífera, y ,en su extremo norte cobijan una de las zonas piscícolas más ricas del mundo. En el mar de Barents, soviéticos y noruegos mantienen un contencioso sobre 155.000 kilómetros cuadrados, adormecido actualmente tras una discutida concesión noruega, lograda por Moscú presuntamente gracias a los buenos oficios de Arne Treholt, un alto funcionario noruego que espiaba para la URSS.

Noruega y la OTAN, alianza de la que es miembro fundador, han establecido los medios para proteger todo este flanco norte del Atlántico europeo, de capital importancia para ambos bloques en caso de conflicto. Para los soviéticos, porque en caso de controlarlo estarían en condiciones de cortar todas las comunicaciones de la OTAN en el Atlántico septentrional. Para los occidentales, porque su dominio inutilizaría gran parte del dispositivo bélico soviético.

La 'nordpolitikk'

En el punto de Murmansk, que en ningún momento del año está cerrado por los hielos, la Unión Soviética tiene la base de su flota del norte, una poderosa fuerza naval de centenares de buques -portaviones, submarinos, acorazados, destructores y unidades menores-, que concentra alrededor del 65% de la fuerza estratégica submarina soviética.

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En la península de Kola también existen 17 aeropuertos y bases aéreas, desde las que ocasionalmentó han partido los bombarderos estratégicos que en Occidente se conocen como Backfire, normalmente estacionados en la región militar de Leningrado. Con toda esta fuerza y la neutralización de Noruega, la Unión Soviética podría controlar fácilmente el 9je Groenlandia-Islandia-Escocia y dejar aislado buena parte del flanco norte europeo.

Los noruegos, conscientes de su debilidad ante el hipotético agresor han adoptado la llamada nordpolítikk, cuyo principal objetivo es mantener en la zona un continuo estado de baja tensión. Noruega da muestras inequívocas de ser miembro de la OTAN, pero al mismo tiempo se somete voluntariamente a ciertas restricciones en la cooperación militar con los aliados: no acepta la presencia de bases extranjeras en tiempos de paz, no admite armamento nuclear y mantiene el control absoluto de la región nororiental, con la intención de evitar cualquier enfrentamiento directo entre las superpotencias (las autoridades ponen como muestra de buen juicio de esta medida el hecho de que las seis o siete violaciones del espacio aéreo noruego realizadas por los aviones soviéticos en los últimos 10 años se han saldado con una petición de excusas por parte de Moscú).

En el extremo norte del país, en Finmark, Noruega ha establecido un área-colchón de casi 50.000 kilómetros cuadrados, apenas protegida por la fuerza simbólica de 1.500 hombres, 600 de ellos estacionados en Kirkenes, a 100 kilómetros de Murmansk.

Oslo, sin embargo, se reserva el derecho a modificar este status autoimpuesto en caso de que la situación lo exija, si bien hace todo lo posible por no romper el equilibrio en el norte, el nordic balance, delicada relación de pesos y contrapesos que permite a cada nación mantener el status de que se ha dotado -neutralidad sueca y finlandesa y atlantismo noruego-, sin olvidar a los aliados daneses e islandeses.

La búsqueda del equilibrio

Para los noruegos, el mecanismo debe mantenerse sin variación y, gracias a ello, garantizar la actual situación de baja tensión en el norte de Europa. El general Asbjorn Lerheim, jefe del DEFTROMS, región militar clave para la defensa del norte de Noruega, es un adalid de esta política. El nordie balance, dice, "es un sistema que funciona. La experiencia es muy buena".

En este equilibrio no entran las fuerzas soviéticas convencionales estacionadas en la península de Kola, y aunque Oslo quisiera oír a Moscú una declaración expresa sobre la cuestión, considera que las fuerzas no estratégicas en Koia tienen un carácter defensivo equiparable al de las noruegas, situadas al oeste de la frontera, muestra tácita del respeto al compromiso noruego.

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