Costa Rica, El Salvador y Honduras condenan al fracaso la reunión de los cancilleres de Contadora y de Centroamerica
ANTONIO CANO ENVIADO ESPECIAL, Los nueve cancilleres convocados en Panamá -los cuatro del grupo de Contadora más los cinco de Centroamérica- reconocieron ayer, al inicio de la reunión conjunta, que lo que estaba planteado como un encuentro decisivo para la paz en la región ha quedado reducido unicamente a "un mero trámite del que no caben esperarse decisiones de fondo". Lo más a lo que llegan a aspirar algunos ministros de Asuntos Exteriores es a que esta reunión sirva para avanzar discretamente en el mecanismo que permita en un futuro próximo la firma de un tratado de paz.
El documento firmado la pasada semana por los cancilleres de El Salvador, Costa Rica y Honduras, que ha recibido aquí fuertes críticas por parte de los demás ministros, ha sido, en opinión de los observadores, la puntilla a la difícil gestión que se venía realizando para la elaboración de un tratado de paz. Sólo el argumento de que no es conveniente tomar decisiones cuando dos de los países reunidos, Panamá y El Salvador, cambiarán de Gobierno en los próximos días puede ocultar a medias el fracaso que se vislumbraba anoche (hora española), cuando los cancilleres seguían reunidos en la suite de un hotel panameño.Antes del inicio de la reunión, el canciller mexicano, Bernardo Sepúlveda, advirtió, con palabras dramáticas, de la gravedad de la situación actual en Centroamérica: "Una conflagración armada generalizada está, desgraciadamente, más próxima de lo que se pensaba hace unos meses".
Sepúlveda consideró "muy positivo" el trabajo de las comisiones que han venido trabajando en la elaboración de un proyecto de tratado de paz, opinión en la que coinciden otros portavoces, pero admitió que ese tratado no puede salir de esta reunión por la falta de otros factores importantes.
Para el canciller nicaragüense, Miguel d'Escoto, esos factores tienen un solo nombre: Estados Unidos, al que ayer acusó de ser, "con la complicidad de los Gobiernos de El Salvador, Honduras y Costa Rica", el "principal obstáculo" de Contadora.
"Acto desesperado de EE UU"
El documento firmado por esos tres países es, a juicio de D'Escoto, "un acto desesperado de Estados Unidos de resucitar la mal llamada Comunidad Democrática Centroamericana, creada en Washington y a la que nosotros considerábamos enterrada por lo irrisoria que es".
Este argumento fue rechazado por el ministro de Asuntos Exteriores de Honduras, Edgardo Paz Barnica, que consideró el documento firmado junto a El Salvador y Costa Rica como "una contribución al trabajo de las comisiones".
Ese documento, presentado en vísperas de la reunión del grupo de Contadora, solicita expresamente a Nicaragua "que demuestre de modo similar (al de Honduras, El Salvador, Costa Rica) su compromiso con la democracia representativa, pluralista y participativa, reconociendo los derechos de todos los grupos de oposición, armados o no, a participar en un proceso electoral libre y honesto, garantizando a todos los partidos su participación en igualdad de condiciones". Pide también al Gobierno de Managua que divulgue "sus vínculos militares extranjeros, el tamaño de sus fuerzas armadas, los sistemas de armas y la presencia en su territorio de asesores militares extranjeros".
El ministro de Asuntos Exteriores de Costa Rica, Carlos José Gutiérrez, manifestó ayer que su Gobierno ha firmado este documento, junto con Honduras y El Salvador, porque estos países "son los que llevan más adelante el proceso de democratización entre todos los de Centroamérica".
A pesar del clima pesimista con el que se entró en la reunión nadie quiere tirar la toalla por el riesgo que eso supone. El presidente costarricense, Luis Alberto Monge, dijo ayer en Panamá, intentando corregir anteriores declaraciones suyas que provocaron una gran decepción en ambientes diplomáticos del grupo de Contadora, que "el día que haya que renunciar a Contadora será la guerra en Centroamérica".
D'Escoto insistió en apoyar al grupo de Contadora como único recurso contra "la retórica de Estados Unidos". Paz Barnica también proclamó el apoyo de su Gobierno al grupo de Contadora, aunque le exigió "la imparcialidad necesaria para que sigamos confiando en él".
Lo cierto, sin embargo, es que no se ha avanzado prácticamente nada en la firma de compromisos serios para alcanzar los objetivos con los que nació Contadora: establecimiento de la paz, la democracia, la seguridad, la estabilidad y la cooperación para el desarrollo en Centroamérica. Los cuatro ministros del grupo (Colombia, Panamá, México y Venezuela) tienen previsto viajar durante el mes de mayo a Cuba y Estados Unidos con la intención de revitalizar el proceso con el respaldo de los dos dirigentes a los que todos los reunidos aquí consideran claves: Ronald Reagan y Fidel Castro.
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