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Los precios industriales, nueva amenaza para los objetivos de inflación en 1984 tras la previsible caída de los alimenticios

Los precios industriales aumentaron el año pasado un 14,4%, exactamente 3,5 puntos más que en 1982. Aunque otros indícadores más generales han confirmado que la inflación descendió en 1983 cerca de dos puntos -del 14% al 12,2% el índice de precios al consumo, y del 13,3% al 11,7% el deflactor de toda la producción de bienes y servicios-, el nuevo dato, conocido esta semana, revela que persiste una fuerte inflación latente en la economía española. La eventual continuidad de este fenómeno puede dificultar que la mejora registrada en febrero por los productos alimenticios tenga gran influencia en los precios al consumo.Según datos provisionales elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios industriales o de producción -es decir, los de salida de fábrica, sin contar impuestos indirectos- aumentaron durante el año pasado un 14,3%, frente al 10,8% del año anterior. Los 3,5 puntos de aceleración entre finales de diciembre de uno y otro año casi anulan el recorte próximo a cuatro puntos que se consiguió en 1982 con respecto a 1981. La fuerte aceleración de este índice de precios industriales se debe, de acuerdo con algunos expertos, a que el aumento de los factores de costes no ha sido tan amortiguado por el impacto de los precios administrados como en el caso del índice de precios al consumo.

En efecto, los precios industriales, extraídos por el INE de las declaraciones de 2.200 empresas, en un proceso que dura varios meses, se forman con los de materias primas consumidas, combustibles, energía, gastos generales de las industrias, costes de personal, amortizaciones, beneficios a repartir, impuestos directos y ahorro de las empresas. Entre ellos y los precios al consumidor hay una serie de factores, que en buena parte dependen de decisiones administrativas con impacto en el circuito mayorista y luego también en el minorista: impuestos indirectos, transportes, seguros, margen comercial y otros gastos generales.

Paralelamente, en el índice de precios al consumo (IPC), aceptado generalmente como el indicador oficial de la inflación, influyen especialmente los precios de los productos alimenticios, sometidos en su mayoría a regulación administrativa; los de la vivienda, muy dependientes de la inflación del año anterior, tanto para alquileres como para la compra; y los servicios. Pero el juego del peso que tiene cada componente del IPC hace depender mucho su resultado de los precios agrícolas en origen y de los incluidos en el índice de precios industriales, aunque estos pueden tardar entre un mes y más de un año en trasladarse al consumidor.

Mejora en alimentación

Así, el incremento medio de los precios percibidos por los agricultores ha bajado desde el 15,7% de 19132 al 8,9% de 1983, aunque al final del último año hubo aumentos del, 17% y 19%. El perfil de un primer semestre bajista y un segundo alcista se ha reflejado claramente en los precios de alimentación, que suponen un 40% del IPC y que no bajaron sustancialmente hasta febrero pasado, cuando también aflojó la presión del dólar sobre las grandes importaciones del este sector. Si este fenómeno se mantiene y los precios percibidos se aproximan a los niveles de regulación aprobados por la Administración para 1984 -media ponderada del 6,5%-, en los próximos meses podrá flexionar a la baja en citado componente del IPC.Pero el índice de precios industriales revela que, de sus tres componentes por destino -bienes de consumo, bienes intermedios y bienes de equipo-, todos crecieron el año pasado por encima de los componentes no alimenticios del IPC. Frente a un 11,8% de éstos en 1983, los bienes de equipo, susceptibles de consumo por parte de las inversiones (se trata de maquinaria, material de transporte y estructuras metálicas), habían crecido a finales de diciembre un 12,6%; los bienes de consumo un 12,7% (este grupo engloba desde alimentos elaborados, bebidas y tabaco a las Jiversas manufacturas); y los bienes intermedios un 15,7% (energía y agua, minería, química, materiales para la construcción etcétera).

Con el objetivo de bajar la tasa de aumento de los precios al consumo del 12,2% al 8% durante el presente año, y si efectivamente los precios cobrados por los industriales terminan por repercutir al público, los expertos consideran que sólo la continuada y difícil reducción de precios de los productos agrícolas a niveles inferiores a los del 8% de objetivo de inflación puede ayudar a aproximarse al mismo a finales de 1984. Los impuestos indirectos y los transportes y seguros, principales factores de los escalones mayorista y minorista, junto al de los márgenes, subirán este año más de un 8%, en función de las decisiones ya adoptadas por la Administración.

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