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Entrevista:

V. S. Naipaul: "La literatura es el arte mas imperfecto"

La novela del autor de lengua inglesa 'Los simuladores' acaba de editarse en España

V. S. Naipaul considera que la única causa que puede defender es la vida de la mente, y está en contra de todo tipo de dogmatismos. Nacido en Trinidad, de ascendencia hindú, educado en el Reino Unido, este escritor de 50 años odia las definiciones, encasillamientos y simplificaciones. Viajero incansable, cree que vivir fuera del país en el que se ha nacido permite romper con el provincianismo, y son los viajes una de sus fuentes principales para escribir. En España conocemos El curandero místico, Una casa para Mr. Biswas, El regreso de Eva Perón y otras crónicas (todas ellas en Seix-Barral), Miguel Street (Debate) y acaba de aparecer Los simuladores (Seix-Barral). En esta entrevista, V. S. Naipaul, propuesto para el Premio Nobel, habló del Tercer Mundo, del compromiso del escritor, del límite entre periodismo y literatura, de la India.Ralph Sing, el protagonista de Los simuladores, es un ministro colonial caído en desgracia que escribe su autobiografía en un hotel londinense. Al contrario que en otras novelas suyas, como Miguel Street, hay más tristeza y menos humor evidente, una constante en su obra. Pero Naipaul no está completamente de acuerdo: "El escritor no señala dónde están los chistes, el lector debe descubrirlos; yo, en cada página, descubro, por lo menos dos o tres". Pero ¿qué es el humor? Naipaul habla todo lo pausadamente que puede hablar un británico muy culto: "El humor es una forma de historia, el humor es algo que procede del miedo". ¿Y el sufrimiento? Los personajes de sus novelas son seres que sufren, muchas veces miserables; pero él dice que no, que no sufren.

Buscar los orígenes

El espacio geográfico en el que se desarrolla la obra de Naipaul son los países del llamado Tercer Mundo. Naipaul nos pregunta airado: "¿Pero qué es el Tercer Mundo?". Y se resiste a utilizar el término. Como se opone a que se le considere un escritor antillano. Algunos críticos han acusado a este autor de justificar al imperialismo y el colonialismo al hacer responsables de su situación a los habitantes de los paí ses colonizados o neocolonizados. "No, yo no justifico el imperialismo. Detesto la miseria, la crueldad, no soporto el sufrimiento humano". Sin embargo nos asalta la duda sobre si no añora "los viejos tiempos" de la era imperial, especialmente cuando insiste en hablar del honor. "No, no; yo no añoro esos viejos tiempos que traían la miseria". En definitiva, opina que escribe lo que ve: "Esto es así", y se considera, como escritor, como "una mente con la función ¿le ordenar el mundo, y a la vez, que el acto, misterioso, de escribir puede ser una terapia para el escritor".Este hombre lleva más de 15 años escribiendo sobre la India, aunque de forma intermitente. Inicialmente, y de allí proviene gran parte de las críticas, su posición era que los hindúes no tenían ningún sentido de la historia; y que era mejor así. Posteriormente cambió su visión y hoy piensa que en la India hay transformaciones, avances científicos, que empiezan por el mundo de las ideas. De todas formas, él no se siente con raíces en ese país ni en ningún otro. "El concepto de raíces carece de sentido. Cuando viajé a la India a principios de los años sesenta fue como cuando un cubano viene a España; aunque, es cierto, en parte buscaba mis orígenes".

El entrecruzamiento de la cultura antillana con la británica y la hindú induce a pensar que Naipaul haya podido sufrir una suerte de choque cultural. Y dice: "No, no sufrí un choque cultural. Cuando fui a la India, sencillamente sufrí".

Un arte imperfecto

Él, sin embargo, viaja constantemente a zonas de conflicto, y de estos viajes adquiere material para su labor de novelista y periodista: Argentina, Granada, Trinidad, Zaire. Argentina no es uno de sus países favoritos. Después de escribir El regreso de Eva Perón fue muy criticado por la dureza de las ideas que expresó. Borges, al igual que otros intelectuales latinoamericanos a los que acusa de ser negligentes y no reflexionar sobre sus países, y el peronismo, fueron centro de sus ataques. "El peronismo, al contrario de lo que piensa Borges, es un fenómeno íntimamente ligado a la sociedad argentina". Y sobre la guerra de las Malvinas: "Los argentinos no tenían ningún derecho a invadirlas.Siempre polémico, escurridizo -escribe sobre muchos temas políticos, pero elude pronunciarse-, no está de acuerdo con quienes le ven unido literariamente a Joseph Conrad: "Lo único que me gusta de ese autor es su visión no imperialista, pero no me parece imaginativo". Y termina, concluyente: "La literatura y los buenos escritores pueden contarse con los dedos de la mano; la literatura es el arte más imperfecto".

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