Un 'invierno frío' ha seguido al 'otoño caliente' de los pacifistas
Tras un otoño caliente, en el que salieron a las calles y carreteras de la República Federal de Alemania (RFA) hasta un millón de personas en un solo día, con el frío invierno llegó la atomización del movimiento pacifista, que ha quedado reducido, al menos por el momento, a las acciones dispersas de docenas de personas. Para Pascua, se prevén nuevas marchas pacifistas, y se trata también de organizar un referéndum sobre los euromisiles, paralelo a las elecciones para el Parlamento Europeo, el próximo 17 de junio.En el pueblo de Mutlangen, de 5.000 habitantes, al lado de la 56 Brigada de Artillería de Campaña norteamericana -donde está estacionada la primera batería de nueve Pershing 2-, permanecen ocho compañías de policía, encargadas de mantener libres los accesos a la base. El número de manifestantes permanentes ha quedado reducido en el invierno a unas dos docenas, que pernoctan en un antiguo gallinero. Los fines de semana llegan algunos más, y también en ocasiones señaladas, como hace días, cuando unos centenares de médicos, que participaban en un congreso para evitar la guerra nuclear, se manifestaron ante la base donde están los Pershing.
Entre los manifestantes permanentes se ha establecido una rotación. Un estudiante acude dos semanas a las clases en la universidad y otros dos quedan de guardia ante la base; un alfarero trabaja sólo dos días a la semana en su oficio. Se trata de una presencia testimonial que irrita a parte de los habitantes de Mutlangen, que se sienten molestos por la presencia permanente de la policía y los manifestantes. El conserje del campo de fútbol ha iniciado una recogida de firmas contra los pacifistas, y unas 500 personas exigen que "Mutlangen sea declarada zona libre de manifestantes".
Los días gloriosos de la cadena humana de 108 kilómetros pertenecen al pasado otoño. Ahora todo transcurre con arreglo a un ritual prefijado: transporte norteamericano llega o sale de la base; manifestantes se tiran en la carretera o tratan de cercarla; la policía interviene y detiene a los manifestantes, les toma los datos personales y les deja libres. Los líderes del movimiento pacifista planean nuevas manifestaciones, las tradicionales marchas de Pascua, que recuerdan las acciones de los años cincuenta contra la bomba atómica y el rearme alemán occidental.
La acción política de más envergadura es el intento de celebrar una especie de referéndum sobre los euromisiles con ocasión de las elecciones para el Parlamento Europeo, que en la RFA están previstas para el domingo 17 de junio. Los pacifistas quieren instalar sus colegios electorales paralelos al lado de los oficiales e invitar a los votantes a manifestar su oposición a los euromisiles atómicos.
Ideológicamente, el pacifismo de la RFA ha puesto de manifiesto sus conflictos internos en una conferencia celebrada a mediados de enero en Colonia, donde las diferentes tendencias se enfrentaron. En la fría primavera de la RFA, el movimiento pacifista parece dormir un sueño invernal, tras las grandes movilizaciones otoñales.
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