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El saneamiento de Rumasa reducirá el beneficio de la banca en 16.000 millones de pesetas

El ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, y el presidente de la patronal bancaria, Rafael Termes, mantuvieron hace dos días una reunión para seguir perfilando las características de la operación de saneamiento de las empresas del grupo Rumasa e iniciar el estudio del futuro próximo de los bancos del grupo. Aunque las conversaciones no están cerradas todavía se considera que el diferencial entre el tipo de interés de la deuda pública que emitirá el Gobierno y el de los pagarés que saquen los bancos quedará fijado, en cuatro puntos, equivalentes a 16.000 millones de pesetas anuales.

Las reuniones que mantienen los responsables de la Administración con el presidente de la AEB se caracterizan por intentar presentarlas como una negociación cuando en realidad, según algunos medios financieros privados, de lo que se trata es de conocer hasta dónde quiere apretar el Gobierno. Según estas fuentes, la negociación, entendida en su sentido más estricto, no es tal ya que no existe un mismo nivel entre los que se reúnen.El ministro de Economía, según estas fuentes, habría planteado la emisión de deuda pública a suscribir por la banca privada -400.000 millones, con un plazo de amortización de 12 años y a un tipo de interés no superior al 8%- como la alternativa a una posible posición de dureza aún mayor.

Economía plantea que los recursos que los bancos tienen que prestar al Estado para esta operación equivalen a una parte importante de los adelantos del Banco de España al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para poder hacer frente al saneamiento de los bancos en crisis, con anterioridad a la de la división bancaria de Rumasa.

Según esto, la posibilidad de elección quedaría reducida a cubrir la emisión de deuda del Estado, con la opción de que los bancos de Rumasa pasaran al control privado nacional, o bien aceptar una subida de las cuotas que el Banco de España y la banca privada satisfacen al FGD o que las instituciones financieras privadas colaboraran también en el volumen de fondos adelantados.

Reducir el coste

En cualquiera de estas dos alternativas el futuro de los bancos de Rumasa no pasaría por el control de la banca privada, sino justo lo contrario. Se iría a una banca pública o los bancos de Rumasa se repartirían entre las entidades extranjeras interesadas en ampliar su presencia en España. Ante esta disyuntiva se entiende que la banca privada acepte la primera de las posibilidades, aunque no le satisfaga y su coste sea elevado.Ante esta situación de aceptar la solución ofrecida en primer término como el mal menor, el presidente de la patronal bancaria trata de reducir al máximo el coste final de la operación para los 12 bancos integrantes del consorcio -los siete grandes y los miembros del club de los cinco-, tratando de que el diferencial de tipos de interés entre los pagarés bancarios y la emisión de deuda pública sea el menor posible, al tiempo que tratará de que ambos se acerquen a los tipos de mercado.

Lo que se sabe de estas reuniones es que la posición de la Administración es dura y que no parece que esté dispuesta a que la deuda pública salga a un tipo de interés superior al 9%. Como el diferencial que se quiere aplicar es de cuatro puntos el coste real para la banca será del orden de los 16.000 millones de pesetas -suponiendo que el importe de la deuda sea de 400.000 millones de pesetas- que, en los primeros años, equivaldrá a más del 10% de los beneficios de las instituciones financieras.

El Fondo de Garantía de Depósitos ha empezado a remitir la documentación sobre el estado genel al de los bancos de Rumasa y en los próximos días se podrá hacer una valoración real de los 17 bancos del grupo.

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