Mayores de 25 años, una locura útil
Más de 100.000 alumnos se han matriculado desde el curso 1972-1973 hasta el presente en los cursos de acceso directo a la universidad para mayores de 25 años, que organiza la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). La experiencia de este curso de acceso -el CAD, en el lenguaje coloquial de la UNED- merece ser mejor conocida, según el autor de este artículo para quien la fórmula para ingreso de mayores de 25 ha resultado ser, a pesar seguramente de sus inventores, una "locura útil".
Que una orden ministerial (26 de junio de 1971) posibilite a personas mayores de 25 años, incluso sin estudios reglados previos, el ingreso en la Universidad (véase EL PAIS, 16 de marzo de 1984) puede parecer una locura. Examinada con frialdad, es posible que sea una decisión de política educativa progresista, que, desde luego, no se corresponde con el talante del régimen que la puso en circulación.La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) es la única universidad española que, desde el curso 1972-1973, facilita regularmente un curso de acceso directo (CAD), de nueve meses, para la preparación del examen de ingreso a la Universidad de alumnos mayores de 25 años.
Este curso de acceso, cuyo nivel de exigencia es universitario, ofrece una serie de asignaturas de las cuales los alumnos deben cursar cinco, de las que tres son comunes a todos ellos (lenguaje, geografía e historia, e idiomas) y, según los estudios a los que desee dedicarse posteriormente, una asignatura de introducción a dichos estudios y matemáticas básicas, si esos estudios son de humanidades y leyes, o bien matemáticas especiales y ciencias físicas y naturales, si se decide a cursar una carrera relacionada con las áreas de la biología o la técnica.
Más de 100.000 alumnos
Desde el curso 1972-1973 hasta el presente han formalizado su matrícula en el CAD más de 100.000 alumnos (14.674 matriculados en el curso 1983/84). Estos alumnos son atendidos por una plantilla de 33 profesores (8 adjuntos y 25 ayudantes) desde la sede central de la UNED y 300 tutores repartidos en 49 puntos del Estado.
Para poder opinar sobre la utilidad social del CAD es preciso conocer las características sociodemográficas de sus alumnos. Este punto lo conocemos a través de estudios sucesivos del Instituto de Ciencias de la Educación de la UNED y la secretaría del CAD. El 90% de los alumnos del CAD se encuentran en una edad comprendida entre los 25 y los 40 años. Predominan los varones (64%) frente a las mujeres (365/.), aunque se observa una tendencia al equilibrio.
Los alumnos casados (64%) predominan sobre los solteros (34%), con un 2% que se reparte entre separados, divorciados y religiosos. La mayoría de los alumnos residen en poblaciones entre 100.000 y 250.000 habitantes. El 80% trabajan y sus ocupaciones, en orden de importancia numérica, son las de empleados, mandos intermedios y funcionarios. El 18,3% tiene completos estudios de enseñanza secundaria.
Por tanto, se puede decir que la inmensa mayoría de estos alumnos son estables profesional y familiarmente, y que por diversas circunstancias, especialmente la necesidad de trabajar para sostenerse, no pudieron ingresar en la Universidad en la edad más habitual. No deseo teorizar de forma gratuita, pero la importancia numérica de estos alumnos es un índice de anhelo de parte del tejido social por la ciencia y la cultura.
¿Cuál ha sido el resultado académico global en estos 11 cursos desde 1972-1973? Del total de alumnos matriculados se presentaron al examen el 43,25%, de los presentados superaron el examen el 49,57%, es decir, el 21,52% de todos los alumnos matriculados. Luego, más de 20.000 alumnos ingresaron en la Universidad por este sistema a lo largo de estos años. Alumnos que, por otra parte, son capaces de terminar la carrera elegida antes que los que ingresaron por el COU.
De todas formas, el problema más grave del CAD es el abandono. Conscientes de ello, el rectorado con la junta de gobierno aprobaron a finales de 1983 dotar al CAD de la infraestructura precisa para mejorar los resultados académicos (dicho sea de paso, la UNED no ha recibido todavía del Estado las inversiones precisas de primera instalación en relación con su peculiar estructura docente). Las nuevas líneas didácticas cuyos resultados se podrán ver dentro de tres cursos están dirigidas a incrementar la información del alumno antes de la matrícula, elevar la calidad del material didáctico y agilizar la comunicación con los tutores y alumnos desde la sede central.
Otro aspecto del interés social del CAD radica en el hecho de que miembros de poblaciones tradicionalmente marginadas de la Universidad ven posibilitado un acceso a la educación superior. Me refiero en concreto a los alumnos emigrantes y a los internos en instituciones penitenciarias. Recientemente la UNED ha firmado sendos convenios con el Instituto Nacional de Emigración y la Dirección General de Instituciones Penitenciarias con el fin de adecuar la estructura didáctica a las circunstancias de estos ciudadanos.
Para los demás
En otro orden de cosas, el CAD también es interesante para otras naciones con las que España tiene un deber de justicia en su promoción. En este sentido, la UNED, recientemente, está potenciando la educación superior del pueblo de Guinea Ecuatorial en una acción que busca su convergente con la Unesco.
Por último, otro dato significativo. Estamos asistiendo a un deseo de acercamiento mutuo entre la Universidad y las Fuerzas Armadas. Debo decir que soy totalmente escéptico si esta aproximación se mantiene únicamente en la cúpula. Creo más en el número concreto de oficiales y suboficiales que se matriculan en la Universidad y los proyectos tecnológicos conjuntos. En este sentido, tanto en la matrícula general como en el CAD, donde se observa la progresión de oficiales y suboficiales, se advierte que la UNED contribuye sustancialmente a este tema.
Pienso que la Universidad debe ser uno de los mecanismos de autocrítica de la sociedad y vehículo de su transformación hacia el progreso, en el sentido de que la cultura y la ciencia son fuentes de libertad y bienestar. En consecuencia, toda medida imaginativa de acceso a la educación superior, no sólo como promoción en el trabajo, sino también como satisfacción del ocio, siempre que se aseguren la calidad y la exigencia académica, me parece imprescindible para que la Universidad dé la respuesta adecuada a su tiempo. Por eso, también, el acceso a mayores de 25 años a la Universidad me parece una locura útil.
es catedrático de Psicología Fisiológica. Decano para la coordinación del CAD en la UNED.
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