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Burt intenta que los países del Este influyan en Moscú para que vuelva a Ginebra

, Richard Burt, secretario de Estado adjunto para Asuntos Eurpeos, viajó ayer a Hungría, donde concluirá su gira por tres países del Este europeo, que ya ha incluido visitas a la República Democrática Alemania y Bulgaria. El objetivo del periplo, primero de un alto funcionario norteamericano a la zona desde que la Unión Soviética se retiró de las conversaciones de Ginebra, es, precisamente, intentar influir en estos tres aliados de Moscú para que el Kremlin decida volver a la mesa negociadora.

Poco antes de emprender viaje por la República Democrática Alemana, Bulgaria y Hungría, Burt había declarado en Bruselas que "todos esos países son diferentes y tienen puntos de vista diversos sobre cuestiones importantes", asegurando que Estados Unidos persiste en su política de diferenciación del Este.

Sin duda, la parte más árida de su viaje ha sido la etapa de Bulgaria, el único país del sureste europeo al que el vicepresidente estadounidense, George Bush, trató, a raíz de su viaje del pasado otoño por Yugoslavia, Rumanía y Hungría, de belicoso y "represivo en política interna". Richard Burt se entrevistó el jueves por la noche con el viceministro búlgaro de Exteriores, Liuben Gochev.

Dos temas centran la atención de estadounidenses y búlgaros: la actitud de Sofía ante las posibilidades que el pacto de Varsovia, le pida dentro de unos meses instalar en Bulgaria misiles soviéticos SS-20 como respuesta a la base de los cohetes de crucero que la OTAN ha instalado en Sicilia, y el punto de vista búlgaro ante el proceso de desnuclearización de los Balcanes, a duras penas iniciado, sobre el plano diplomático, hace unas semanas en Atenas.

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