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Cuatro historiadores analizaron la identidad española en el primer día de las jornadas '¿Qué es España?'

El coloquio se inició ayer en Gerona, organizado por el semanario 'El Món', el ayuntamiento y EL PAIS

El encuentro de intelectuales convocado en Gerona bajo el lema ¿Qué es España?, organizado por el ayuntamiento de la ciudad, el semanario catalán El Món y el diario EL PAIS, comenzó ayer a mediodía en La Fontana D'Or. Las primeras cuatro ponencias de este encuentro se centraron en una aproximación historiográfica a la identidad española a cargo de los historiadores Ferran Mascarell, Manuel Tuñón de Lara, Miguel Artola y Jordi Maluquer de Motes. El alcalde de Gerona, Joaquim Nadal, abrió las jornadas con una salutación a los asistentes. La primera ponencia correspondió al historiador y director de la revista L' Avenç, Ferran Mascarell, quien señaló que el problema de la identidad española a nivel histórico no se deriva tanto de las diversas nacionalidades que coexisten en el Estado español como de España misma.

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Búsqueda de precisión conceptual

Mascarell recordó la frase del historiador francés Pierre Vilar que dijo que "la pasión de España por meditar acerca de sí misma recuerda la gran historia de una conciencia desgraciada". Mascarell afirmó que España había mostrado a lo largo de la historia "su incapacidad para servir de marco integrador de la realidad que pretendía aglutinar". El ponente entró, a continuación, a disipar un frecuente malentendido en los análisis de la realidad española reciente. Este malentendido consiste en afirmar que con el advenimiento de las libertades y la Constitución de 1978 se abrió en España un ciclo histórico nuevo. Mascarell afirmó que hoy por hoy, no es posible iniciar nuevos ciclos históricos sin conseguir la articulación definitiva de una plena democracia en todas las nacionalidades que componen España.Por lo demás, Mascarell apuntó que la idea predominante en el inconsciente colectivo de la mayor parte de la sociedad española sigue correspondiendo a una visión esencialista de España "que se mantiene inalterada desde que la inventó Menéndez y Pelayo". Ferran Mascarell señaló que "la historiografía hecha en el Estado español tiene por delante la tarea de modificar sustancialmente la relación que hasta ahora ha teni do con los sujetos históricos Es tado español y nación española. La historiografía española ha bría de ser capaz de abrir una nueva dimensión en el incons ciente histórico colectivo, en la cual el Estado español sería observado desde una óptica plura lista".

Del imperio al Estado

La segunda intervención del encuentro Qué es España estuvo a cargo del historiador Manuel Tuñón de Lara que, en una disertación sobre Historia de España e historias de España, pasó revista a la evolución del concepto de nación española desde el siglo XVIII hasta la actualidad. Según Tuñón, en el siglo XVIII España era "un vasto complejo de hechos diferenciales sobre el que se superponía la trama del poder central con varios siglos de castellanización. Hasta el siglo XIX, los equipos gobernantes y las clases hegemónicas viven del siglo XVII y XVIII y piensan en términos de imperio cuando hablan de España". En el siglo XIX, según Tuñón, las guerras carlistas supusieron una integración o yuxtaposición forzosa de las nacionalidades españolas, antes que una solución integradora. Para Manuel Tuñón de Lara, el paso de la idea de imperio a la de nación institucionalizada en Estado, lo dio la España del siglo XIX en circunstancias históricas muy difíciles. La conclusión de Tuñón es que Ia historia de España con mayúsculas sigue siendo la de una yuxtaposición de elementos". Tuñón aludió también a los distintos remedios sugeridos por los pensadores de principios del siglo XX y que van desde la exageración crítica de los regeneracionistas hasta los diagnósticos certeros pero tardíos de Ortega acerca de la invertebración de España.El también historiador Miguel Artola siguió en el turno de ponencias y comenzó diciendo que "la determinación de los hechos nacionales siempre me ha producido grandes dudas". Artola, al igual que sus predecesores, cuestionó a determinados niveles el mero hecho de preguntarse qué es España y afirmó que la pregunta "es de carácter metafísico en el sentido más peyorativo del término, pues es una pregunta que puede aplicarse a cualquier institución nacional o social con la misma inconcreción de respuestas". Artola abogó por un tratamiento "histórico" del pasado español en lugar de una aproximación "presentista", y afirmó que "si cada época hiciera su propia historia, tendríamos que negar cualquier noción de progreso en el conocimiento del pasado. La investigación histórica establece un cierto número de hechos y un cierto nivel de realidad científica". Desde este punto de vista, Miguel Artola termina hablando de la "inadecuación, imposibilidad e inexactitud que implica trasladar nuestros supuestos a situaciones pretéritas, la historia ya está hecha y lo único que debemos tratar de hacer es conocerla".

El último de los historiadores en intervenir ayer fue Jordi Maluquer de Motes, quien realiza una aproximación al tema sensiblemente diferente a la de quienes le habían precedido en el uso de la palabra. Maluquer, especialista en historia económica abordó la cuestión de la identidad española a partir de recientes polémicas acerca del nacionalismo español y los nacionalismos catalán y vasco. Dijo que "habría que redefinir el concepto nación y el problema del colonialismo interior". Desde su punto de vista, "cualquier nacionalismo antiespañol ha sido, tarde o temprano, objeto de represión más o menos sutil, según quien la haya practicado, mientras que la definición tradicional de España la entiende como algo eterno e inamovible". Maluquer afirmó que una nación es un proyecto de futuro y de integración común y el único enfoque coherente históricamente en España es el que dice que el grado de integración de Cataluña y el País Vasco, por ejemplo, en el proyecto del Estado español, ha sido relativamente pequeño". Maluquer apuntó que "una nación si se ha de basar en la solidaridad entre los connacionales, no se puede construir a base de la coacción y la frustración".

Maluquer terminó su ponencia refutando con abundantes argumentos las acusaciones recientemente lanzadas contra los nacionalistas vascos y catalanes por un supuesto "victimismo" y por un supuesto "colonialismo económico y social" frente a las colectividades menos desarrolladas de España. El historiador dijo que frente a las actitudes victimistas podían observarse también actitudes verduguistas.

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