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La ortografía de textos litúrgicos enfrenta al arzobispado de Valencia con la Generalitat

La próxima aprobación de unos textos litúrgicos en lengua vernácula presentados por el Arzobispado de Valencia ha desenterrado la guerra lingüística de la época de UCD sobre la ortografía, cuando el asunto parecía resuelto tras la entrada en vigor de la ley del Uso y Enseñanza del Valenciano. Tanto el jefe del departamento de Lingüística Valenciana de la Universidad, Antoni Ferrando, como el conseller de Cultura y Educación y Ciencia de la Generalitat, Ciprià Ciscar, se han dirigido al Vaticano para pedir que no se aprueben textos con una ortografía diferente a la de las Normas de Castellón de 1932, que suponen la adaptación de la ortografía catalana de Pompeu Fabra y son utilizadas por los escritores y en la enseñanza.

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"Arbitraria, dialectalizante y vulgarizante"

Ciscar, Ferrando y algunos sacerdotes valencianos han dirigido varias cartas a la Congregación del Culto Divino, con sede en Roma, y a otras instancias del Vaticano con el fin de evitar la aprobación de unos textos litúrgicos con ortografía diferente de la oficial. Ciscar ha llegado a solicitar gestiones diplomáticas del Gobierno español con este fin.El conocimiento de los textos ha provocado en diversos medios eclesiásticos valencianos preocupación y la abierta oposición de Josep Maria Cases, titular de la diócesis de Segorbe-Castellón.

Los textos litúrgicos aplican al parecer, la última ortografía ideada en 1982 por la anticatalanista Academia de Cultura Valenciana, que consiste fundamentalmente en poner o no acentos con criterio optativo. Estas normas ortográficas sucedieron a otras también muy recientes dictadas por el mismo organismo, según las cuales casi todas las palabras se acentuaban.

El arzobispo de Valencia, Miguel Roca Cabanellas, no obstante, muestra una gran reserva en relación con este problema. Fue consultado por EL PAIS y solicitó las preguntas por escrito. Su respuesta acerca de si es inminente la aprobación de textos litúrgicos con normas ortográficas distintas de las de Castellón es la siguiente:

"En 1977, un año antes de ser nombrado yo arzobispo de Valencia, fue presentado en la Sagrada Congregación para el Culto Divino el llamado Propio de las misas de la diócesis de Valencia en lengua latina, lengua castellana y en lengua valenciana. El motivo que ha demorado hasta ahora la aprobación de dichos textos ha sido el de la aceptación de la denominación de nuestra lengua vernácula como lengua valenciana. Desconozco que haya otro tipo de razones para el retraso de la aprobación, como por ejemplo las ortográficas, a las que usted alude. Al menos a mí no se me ha comunicado oficialmente".

Añade sobre la posible fecha de aprobación que "es cuestión que depende de la Sagrada Congregación" y asegura que salvo el Propio de las misas de la diócesis, "no ha sido presentado ningún otro texto, ya que, mientras el Propio tiene que ser presentado por el obispo de la diócesis, otros textos tendrían que serlo conjuntamente por los obispos en cuyas diócesis se usa la lengua valenciana".

El arzobispo, que no se pronuncia sobre la ortograria de los textos presentados, niega, en contra de lo afirmado por diferentes fuentes de la Universidad, de la Generalitat y de la Iglesia, que se haya presentado también el Ordinario de la misa. En cualquier caso, es precisamente el texto litúrgico ordinario el que más preocupa a los medios citados y el que ha provocado un aluvión de cartas y comunicaciones dirigidas a la Congregación del Culto. Divino y a otros medios vaticanos. La Generalitat parece tener una firme constancia de que se está tramitando su aprobación y ha llegado a recurrir hasta al Ministerio de Asuntos Exteriores.

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