Misa en la catedral de Moscú

El patriarca Pimen, jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, ofició ayer una misa de réquiem por el alma de Yuri Andropov, con muy numerosa asistencia de creyentes, en la catedral moscovita de Bogoyavlenski. El patriarca Pimen había ya enviado al Kremlin un mensaje de condolencia por la muerte del líder soviético, a la que calificó de "gran pérdida sufrida por la URSS".Pimen subrayó en la misa, efectuada en presencia de numerosas personalidades de la jerarquía eclesiástica rusa, la gran cantidad de "iniciativas de paz presentadas por Andropov en vida" y que "invariablemente fueron aprobadas por todo el pueblo soviético". El jefe religioso ruso señaló que la muerte de Andropov es una "tremenda pérdida no sólo para el pueblo soviético, sino para todas las fuerzas que luchan por la paz".

Tras las aseveraciones de Pimen, la misa de réquiem concluyó con la entonación por un coro del himno de la Iglesia ortodoxa en "memoria eterna" de Yuri Andropov.