La resurreccion del idioma
La noticia de la muerte de Julio Cortázar nos ha entristecido mucho a mi mujer y a mí. Julio Cortázar fue uno de mis primeros amigos. Éramos de la misma edad. Empezamos juntos, colaboramos juntos y teníamos gustos literarios y poéticos semejantes. Pronto comenzamos a intercambiar cartas y libros gracias a que el escritor argentino José Bianco nos había puesto en relación.Conocí a Julio personalmente en París a final de la década de los cuarenta. Nos veíamos con frecuencia y, en general, teníamos las mismas admiraciones y antipatías. Después dejé París pero nuestra comunicación continuó. En 1968, Julio y Aurora Bernárdez, que era entonces su mujer, vivieron con nosotros, con Marie José y yo, en nuestra casa de Nueva Delhi, durante varios meses. Por esas fechas, Julio abrazó causas políticas que no eran ni son las mías. Descubrió tarde la política y se entregó a ella con ingenuidad. Dejamos de vernos pero no dejamos de ser amigos. Siempre lo quise mucho y lo admiré. Creo que él también me tenía afecto.
Julio Cortázar ocupa un lugar central en la literatura hispanoamericana de este medio siglo. Pertenece a una generación, la mía, que también es la de Lezama Lima, Bioy Casares, Nicanor Parra y otros. Julio Cortázar ha sido uno de los renovadores de la prosa española. Le dio facilidad, gracia, soltura y desenvoltura. Prosa hecha de aires, prosa sin peso ni cuerpo.
Asimismo prosa dueña de grandes poderes de seducción y de evocación. Prosa que se oye pasar como se oye a veces pasar al viento. Prosa que no se puede abrazar, y que no obstante suscita en nuestra mente muchas imágenes, sensaciones, ideas, visiones. Prosa que resucita el idioma y lo hace brincar, bailar y volar. Colinda por una parte con el lenguaje de la gran ciudad y con sus ritmos e invenciones callejeras, por el otro con la más alta poesía. Lo cotidiano e insólito se unen en la obra de Cortázar con la naturalidad y la fatalidad con que las plantas crecen, los astros brillan y giran, la sangre circula por nuestras venas.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.